Ya conocemos desde hace tiempo al XC90 de Volvo, el mayor de los todocaminos de la marca sueca, con capacidad para siete plazas y, ahora, con una versión tope de gama denominada T8 Plug-In Hybrid y que convierte al SUV en un híbrido enchufable.
Lo más destacado es su mecánica híbrida, formada por un bloque gasolina 2.0 Drive-E de 218 CV y 400 Nm, un motor eléctrico de 82 CV situado en el eje posterior y un motor de arranque que añade 150 Nm de par extra en ocasiones puntuales y que puede actuar con generador. Así, mediante una caja de cambios automática de ocho velocidades se da rienda suelta a los 406 CV y los 640 Nm de par totales del sistema.
A la hora de conducir se puede optar por cinco modos que potencian una u otra características del T8 Plug-In Hybrid. El AWD ofrece tracción total permanente, el Hybrid emplea ambos motores para conseguir el mejor consumo, el Power exprime las prestaciones al máximo, el Save conserva la batería y el Pure es 100% eléctrico.
Volvo afirma que el modelo acelera de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos, no hay dato de su velocidad máxima, pero sí de sus valores de eficiencia. En teoría, y lo remarcamos porque es prácticamente que se consiga en realidad, solo consume 2,5 l/100 km y emite apenas 59 g/km de CO2.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.