Exclusividad japonesa

El Infiniti Q50 es una alternativa a las berlinas medias alemanas, como los Audi A4, BMW Serie 3 y Mercedes Clase C

Exclusividad japonesa

Diseño distintivo, mecánicas con carácter y propulsión trasera para reforzar la deportividad y disfrutar más la conducción. Son los valores de Infiniti, la marca exclusiva de Nissan, el equivalente a Lexus en Toyota, y también la alternativa oriental a las marcas alemanas exclusivas, en especial a BMW. Y es lo que propone el Q50, su primera berlina media, que llega en noviembre con versiones 2.2d turbodiésel (170 CV y 34.900 euros) y 3.5 Hybrid de gasolina (364 CV y 53.900 euros).

El Q50 mide 4,79 metros de largo y compite con los Audi A4, BMW Serie 3, Lexus IS y otros, aunque es entre 10 y 20 centímetros más grande. Para distinguirse aporta una personalidad estética bien marcada que resalta el dinamismo. Destaca el frontal, muy alargado y con una original parrilla de malla de acero que define su rostro. Pero todos sus rasgos buscan reforzar el carácter, desde las grandes entradas de aire del parachoques delantero al nervio lateral que recorre la carrocería o las formas robustas y musculosas de la zaga. El resultado es una berlina que fusiona deportividad y elegancia con mucha clase y añade además una aerodinámica exquisita (CX:0.26) que reduce el consumo.






El interior transmite una calidad y acabados a la altura de sus rivales alemanes. Y se aprecia en la sofisticación de todos los detalles, desde el volante a la instrumentación, la doble pantalla táctil de la consola central —de manejo muy práctico— y unos materiales y ajustes que crean un ambiente elegante y refinado. Los asientos son confortables y dispone de todas las funciones y comodidades, pero a pesar de lo que indica la marca, las plazas traseras son justas en altura y espacio para las piernas, y solo caben dos adultos. A cambio ofrece un buen maletero de 500 litros (400 litros en el híbrido por las baterías).

La gama incluye dos versiones, una más racional con motor 2.2d turbodiésel (170 CV) de Mercedes y cambio manual de seis marchas (34.900 euros, 231 km/h, 4,4 litros de consumo medio y 114 g/km) o automático de siete (37.675 euros y 4,8 litros). Además, hay un 3.5 Hybrid con motor 3.5 de gasolina, 364 CV y caja automática de siete marchas que se vende con propulsión trasera (53.900 euros, 6,2 litros y 250 km/h) o tracción 4×4 (58.075 y 6,8 litros). Es la misma mecánica del híbrido grande M35h.

Se ofrecen cuatro acabados y el equipo de serie es correcto en el diésel y más completo en el Hybrid, que incluye siempre extras como los asientos delanteros eléctricos y otros detalles.



Tecnología y dinamismo


La deportividad del Q50 se refleja en la estética y también en el dinamismo, y acerca su ADN al de BMW entre las marcas exclusivas. Además, estrena tecnologías que lo sitúan entre las berlinas medias más sofisticadas.

Destaca la dirección eléctrica DAS, de serie en el híbrido y el acabado superior Sport del diésel. Es la primera del mundo que sustituye la columna del volante por unos motores eléctricos que giran las ruedas: al no haber conexión mecánica los baches no se transmiten al volante. Pero añade más ventajas, porque permite elegir la desmultiplicación de la dirección en la pantalla táctil para girar más o menos el volante: zonas viradas, maniobras de aparcamiento… Así, incluye dos programas fijos, Estandar y Deportivo (más duro) y otro Personalizado para adaptar el tacto: ligero y rápido, lento y pesado… La dirección DAS se ofrece con el control activo de carril ALC: una cámara lee la carretera y el sistema gira el volante y mantiene el coche en el centro del carril si el conductor se despista. En realidad, la columna de dirección se mantiene por seguridad, aunque desacoplada. Pero incluye un embrague que la conecta de forma automática si detecta cualquier fallo. 



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