Tras un regreso esperado durante años, el Ford Bronco no deja de demostrar de manera regular sus capacidades y las opciones que ofrece. Lo último es el Riptide, un prototipo único que, en realidad, sirve para mostrar a los compradores la amplia gama de accesorios que está disponible para personalizarlo.
Ford lo ha desarrollado como concepto enfocado a una vida aventurera en la costa, algo que queda patente en los elementos opcionales elegidos para darle forma.
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Ha tomado como base la carrocería de cuatro puertas equipada con el paquete Sasquatch, que dispone de mejoras de corte off-road como los neumáticos todoterreno de 35 pulgadas que envuelven a las llantas de 17 pulgadas.
La carrocería está pintada en el color Velocity Blue oscuro, pero lo que más llama la atención del exterior es que se han eliminado el techo y las puertas tradicionales, el primero reemplazado por una baca pensada transportar tablas de surf o snowboard, así como esquíes; y las segundas sustituidas por las tubulares opcionales, lo que le confiere un estilo parecido al de los buggies. Otros añadidos son una barra de luces LED o un portabicicletas.
El interior presenta tapicería oscura y, para facilitar el limpiado necesario tras ir a la playa o a aventuras de diversa índole, es de vinilo, mientras que el suelo es de goma.
Por otra parte, su apartado mecánico cumple de sobra con los requisitos para poder llevar a cabo una conducción todoterreno sin problemas: su motor 2.7 EcoBoost desarrolla 314 CV y 542 Nm, emplea una transmisión automática de 10 de marchas, tiene tracción integral, cuenta con diferenciales delantero y trasero, dispone de una suspensión mejorada y de los sistemas Bronco Terrain Management System, Trail Control, Trail One-Pedal Drive y Trail Turn Assist.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.