Al hablar de los materiales empleados en el interior de un vehículo, lo normal es que los fabricantes quieran destacar por ofrecerlos de primera calidad, con madera, molduras de aluminio o fibra de carbono en los coches más deportivos. Sin embargo, algunas marcas toman la alternativa y apuestan por ser más ecológicas, como es el caso de Ford y las alfombrillas de su Ecosport.
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Estas están fabricadas con botellas de plástico recicladas, un tipo de envase muy común en todo el mundo y que genera una cantidad enorme de residuos. Se calcula que cada minuto se compra un millón de botellas en todo el mundo, es decir, 526.000 millones de botellas al año.
Tal cantidad de plástico es imposible de digerir por nuestro planeta, y Ford aporta su granito de arena utilizándolas como materia prima para algunos de sus modelos. La firma calcula que recicla 1.200 millones de botellas al año.
En el caso de las alfombrillas del Ecosport, se utilizan 470 botellas en cada coche, que son trituradas hasta convertirse en escamas, se funden a 260 grados, se transforman en finas fibras y se utilizan para tejer las alfombrillas. A la venta desde 2012, Ford ha reutilizado 650 millones de botellas de medio litro, lo que supone el reciclaje de 8.262 toneladas del material.
«Los consumidores son cada vez más conscientes del daño que puede causar el simple hecho de desechar plástico, pero desde hace mucho tiempo tenemos la misión de aumentar la proporción de materiales reciclados y renovables que se utilizan en todos los coches que fabricamos», señala Tony Weatherhead, ingeniero de Materiales de Ford Motor Company.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.