Para disfrute de propios y extraños, Mercedes ha respetado las líneas generales del Concept Coupé SUV a la hora de desarrollar el GLE Coupé de producción. Un todocamino (si, otro más) que nace para rellenar el hueco en la alineación de la marca que en BMW ocupa el X6.
Hablamos pues de un SUV de corte deportivo, algo que queda patente por su diseño: el largo capó, la caída del techo, la imponente parrilla, los musculosos pasos de rueda, los nervios que recorren la carrocería, las llantas (como mínimo de 20 pulgadas) y el difusor plateado, que acoge dos salidas de escape. Se trata, además, de un modelo considerablemente grande, con una longitud de 4.900 mm, una anchura de 2.003 mm, una altura de 1.713 mm y una distancia entre ejes de 2.915 mm. Quedan claras las similitudes con su homónimo bávaro, con el que comparte además un carácter eminentemente urbano, con poca o ninguna intención de pisar el campo.
La oferta mecánica inicial del modelo estará compuesta por dos versiones básicas, el GLE 350 d 4MATIC de 258 CV y el GLE 400 4MATIC de 333 CV, ambas con tracción total y cambio automático 9G-TRONIC. Por encima se encuentra el GLE 450 AMG 4MATIC, que podéis ver en las imágenes con carrocería roja y monta un motor 3.0 V6 biturbo de 367 CV y 520 Nm de par, asociado a la misma transmisión pero con el añadido del modo Sport+ y un diferencial que distribuye la fuerza en proporción 40/60 entre ambos ejes.
Sin embargo, este AMG no será el definitivo, ya que todo apunta a la llegada de un GLE 63 AMG en un futuro cercano, que elevaría la potencia del modelo a cerca de 600 CV y sería el arma de Mercedes para plantar cara al BMW X6M.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.