Hennessey es una compañía estadounidense especializada en exagerar las prestaciones de modelos que ya de por sí son tremendamente deportivos. Su historial de trabajos es largo y extenso, pero en los últimos tiempos se han decantado por una temática divina. Tras el lanzamiento del Dodge Demon, la firma presentó su antítesis, el Exorcist, un Camaro ZL1 con 1.000 CV de potencia. Ahora vuelve a la carga con una versión mejorada del mismo que recibe el nombre de Hennessey Resurrection.
La base del muscle car es la misma, pero el preparador ha considerado que su motor 6.2 V8 LT4 de 650 CV era insuficiente, lo que le ha llevado a cambiarlo por el propulsor V8 LT5 del Corvette ZR1, que de serie desarrolla 755 CV. Tampoco dicha cifra contentaba a la gente de Hennessey, que ha optado por potenciarlo para llevarlo hasta los 1.200 CV y los 1.356 Nm de par máximo.
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Esto hace que sus prestaciones sean excepcionales: es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,3 segundos, completa el cuarto de milla en 9,3 segundos cruzando la meta a 241 km/h y su velocidad punta alcanza los 354 km/h.
Solo se van a fabricar 24 unidades que se comercializarán a un precio de 200.000 dólares, lo que al cambio actual suponen poco más de 180.000 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.