La pasada generación del Honda Civic maravilló a muchos, lo cual hizo algo más dura la llegada de la actual. Su cambios estéticos, particularmente la zaga, no han terminado de convencer y el modelo ha perdido popularidad. ¿Cuál es la mejor manera de arreglarlo? Echar el resto con la versión deportiva.
Honda lleva meses poniendo a punto el Civic Type R de producción en Nürburgring, ha afirmado en repetidas ocasiones que su objetivo es convertirlo de tracción delantera más rápido en dar la vuelta al Infierno Verde y, aunque no ha dado muchos datos de su apartado mecánico, si ha confirmado que su motor VTEC 2.0 turbo entregará “al menos” 280 CV de potencia.
En este contexto, la marca japonesa ha presentado en Ginebra el concept que dará lugar al modelo de producción, aunque vista la mula de las pruebas y el prototipo, no parece que vaya a haber muchos cambios en la versión de serie.
Radicaliza los rasgos de su hermano, con una parrilla más grande y unos grupos ópticos más agresivos, la carrocería se ensancha gracias a unos musculosos pasos de rueda con salidas de aire tras las aletas, luce unas llantas específicas, el difusor trasero acoge dos salidas de escape dobles y, como colofón, se ha instalado generoso alerón trasero que prolonga los pilotos. Lo mejor de todo es que desde el propio fabricante afirman que, más allá de lo puramente estético, todos estos elementos mejoran de una u otra manera el rendimiento del modelo.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.