Cada cierto tiempo aparece en las redes uno nuevo tipo de estafa que puede afectar a los conductores. Las más populares son las denominadas como ‘phising’, que consisten en llevar a un usuario a una página fraudulenta, mediante un enlace, y allí robarle sus datos. Por norma general se realiza mediante SMS o correos electrónicos, pero los delincuentes han añadido un nuevo formato para llevarla a cabo: los códigos QR.
Considerados como una evolución del código de barras, tienen bastante antigüedad, pero no ha sido hasta la época actual, con la llegada de los smartphones con conexión a internet y cámara, cuando se han popularizado.
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Su facilidad de uso, que consiste en leer una imagen con la cámara, para acceder a un enlace que nos lleve a un determinado servicio, como la carta de un restaurante, ha hecho que cada vez se emplee más lugares y que, sobre todo, el usuario promedio confíe en esta tecnología.
Es precisamente esa confianza la que explotan los ciberdelincuentes para aprovecharse de sus víctimas, con una técnica efectiva y de muy fácil uso. Basta con crear un código falso que después pegan sobre el verdadero, en un lugar en el que ninguna persona sospecharía.
De esta manera, la víctima lee el QR con su móvil, accede al enlace que aparece y éste le lleva a una página web falsa, pero que replica el formato de la verdadera, por lo que el usuario sigue sin notar nada raro. De esta manera, cuando se le piden los datos, que pueden ser tan comprometidos como los de acceso a su cuenta bancaria, los introduce sin saber que se los está entregando a los hackers.
Es un sistema que puede utilizarse en cualquier tipo de situación, pero es en las relacionadas con el automóvil en las que los delincuentes han encontrado un filón.
Los peligros de los QR para los conductores
En Europa ya se han reportado de casos de estafa con códigos QR en los parquímetros. Cuando un conductor ha aparcado el coche en una plaza de pago y se acerca a leer el código para pagar, la pegatina tiene uno falso que le lleva a una web en la que se le roba los datos.
El mismo modus operandi también se utiliza en puntos de recarga públicos o al pagar en gasolineras, por lo que contar con una aplicación ya instalada en el smartphone puede ser una manera de protegerse ante estas amenazas.
Últimamente se ha popularizado también, de momento en América Latina, aunque no tardará en replicarse por otros países, un sistema de multas falsas con código QR.
El conductor se encuentra un adhesivo en el parabrisas en el que se le informa de que, por aparcar mal el coche, ha sido sancionado, así como un QR al que tiene que acceder para conocer la cuantía y pagar la multa. Esto es algo de lo que hay que desconfiar, ya que en España nunca se notifican sanciones de tráfico de esta manera.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.