España es el cuarto productor de componentes de automoción de Europa, con más de 1.000 empresas dedicadas a esta actividad que emplean a cerca de 340.000 personas. Actualmente, se enfrentan a una amenaza creciente: el comercio de piezas y repuestos falsificados. Este problema histórico, potenciado por el auge del comercio electrónico, impacta la seguridad vial y la economía.
La voz de alarma la ha dado la firma SICPA Spain, filial española de la multinacional suiza, líder del mercado en soluciones de autenticación, segurización y sistemas antifraude. Esta entidad acaba de presentar un informe titulado “Situación del comercio ilícito y fraude en España, Europa y el resto del mundo” en el que se pone de relieve la coyuntura actual del sector.
Según el informe de SICPA, un 20% de los españoles admite haber adquirido productos falsificados en el último año, situándose entre los países europeos con mayores tasas de compra ilícita. Estas cifras alarmantes no solo afectan al propio consumidor, sino que también facilitan la financiación de actividades delictivas como el terrorismo y el narcotráfico, mostrando la gravedad de esta lacra económica y social.
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Más que seguridad vial
La falsificación de componentes como airbags y sistemas de frenado eleva el riesgo de accidentes, comprometiendo la vida de los consumidores y la estabilidad del sector. Las falsificaciones, cada vez más sofisticadas y difíciles de identificar, afectan principalmente a repuestos estructurales, componentes de servicio postventa, filtros de gasoil, filtros de aire e incluso sistemas críticos, como se acaba de comentar, que repercute en los frenos y los airbags, lo que representa un grave peligro para la seguridad y la vida de los ocupantes del vehículo.
SICPA incide en que, más allá de que el usuario piense que se está ahorrando una buena cantidad de dinero al montar repuestos falsificados, el dinero que está entregando es el caldo de cultivo perfecto para que este fraude suponga una jugosa vía de negocio para la delincuencia organizada.
Lucha contra el fraude
En respuesta, SICPA ha desarrollado soluciones avanzadas para combatir este problema. Su estrategia integra tecnologías de autentificación visibles e invisibles, serialización de productos y protección del embalaje, garantizando la integridad de la cadena de suministro y la autenticidad de los repuestos. Estas innovaciones representan un baluarte frente al fraude y la falsificación en el sector automovilístico.
El compromiso de SICPA no se limita a proteger las marcas y al consumidor, sino que también busca salvaguardar el empleo en un sector estratégico para España. Con herramientas como las tintas de seguridad y sistemas de trazabilidad, esta multinacional ofrece soluciones personalizadas para reforzar la competitividad y confianza en el mercado.
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