Adiós a conducir: ¿son un peligro en la carretera los conductores mayores de 65 años?

Un estudio de la Fundación Mapfre y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau valora los problemas de los automovilistas de más edad antes y después de abandonar el coche.

Por decisión propia o ajena, la edad promedio a la que se deja de conducir en España es de 75 años, y entre que se toma la decisión y se lleva a la práctica transcurre aproximadamente un año. En esos 12 meses (y después), los automovilistas atraviesan un territorio espeso de incertidumbre, inseguridades y desorientación. ¿Cómo se deja de conducir si no se quiere, si ya no se puede? 

Apenas hay respuestas posibles, pero un estudio de la Fundación Mapfre y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona) ha pretendido desvelar qué realidades ocultan circunstancias como estas: “Un conductor de 87 años provoca un accidente mortal y reaviva el debate de las revisiones para renovar el carné de conducir” o “Muere un conductor de 100 años en un accidente en Vilalba (Lugo) que deja otros tres heridos, uno de ellos grave”.

Para empezar, un 45% de los afectados abandona las llaves del coche obligado por las personas de su entorno. Generalmente es un familiar de primer grado quien se implica en el proceso del cese de conducción, transmutado en pérdidas de autonomía por un lado, sobrecargas por el otro y el riesgo cierto de que aparezcan los problemas anímicos.

“Ya no soy el mismo”, “mi familia ya no confía en mí” y “ya no sirvo para nada” son los pensamientos que ocupan las cabezas de muchos mayores después de tocar el volante por última vez. Así se sienten muchos mayores cuando dicen adiós a las llaves. Según este análisis, basado en el seguimiento y estudio de medio centenar de personas, el 41% lo vive de forma negativa, pues siente que pierde autonomía, porque no cree que deba dejarlo (27%), porque siente que no tiene el control de la decisión (18%) y porque le produce vergüenza y sensación de inutilidad (14%).

Carnet para mayores de 65 años

Desde fuera, casi todo son preguntas. ¿Los conductores de edad avanzada son un peligro? ¿Habría que quitarles el permiso de conducción? ¿A partir de qué edad?

“En primer lugar, hay que diferenciar entre personas sanas y aquellas con algún deterioro cognitivo, que presentan un riesgo superior. Las personas mayores no son más peligrosas que las demás por ser mayores”, anticipa el director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, Jesús Monclús.

conducir con mas de 65 años

De hecho, “la tasa de implicación en siniestros con víctimas es la mitad que en las personas con 45 años y es cinco veces menor que en los jóvenes de 18 años. Es verdad que una persona mayor conduce mucho menos, pero cuando una persona mayor está sana, la edad es casi un factor más protector en el tráfico. Al volante tardan un poco más que una persona más joven en reaccionar, pero toman mejores decisiones y son menos arriesgadas”, resume Monclús.

Aun así, el informe recomienda revisar el sistema de renovación de los permisos de conducción, que se entregan con una vigencia de 10 años hasta los 65 años; a partir de esa edad, la renovación se hace cada cinco años, periodo que se considera excesivamente largo en las edades más avanzadas. 

Deterioro cognitivo al volante

Respecto a la salud y su posible relación con el envejecimiento, el reglamento de circulación especifica que el conductor no debe sufrir “enfermedades del sistema nervioso central que produzcan disminución importante de las funciones cognitivas, motoras, sensitivas, sensoriales o de coordinación” ni “supuestos de delirium o demencia, […] trastornos amnésicos u otros trastornos cognoscitivos que supongan un riesgo para la conducción”. 

El informe de la Fundación Mapfre coincide con la opinión de la Sociedad Española de Neurología (SEN) refrenda: “La prioridad es evitar el riesgo de accidentes y garantizar tanto su seguridad como la de otros, sin restringir la conducción innecesariamente”. 

Sin embargo, el Manual de neurología y conducción de la SEN calcula que un 4% de los hombres conductores mayores de 75 años presenta demencia, y entre el 4,6% y el 19,4% podría sufrir algún grado de deterioro cognitivo. Y estas personas se exponen a entre 2,5 y 8 veces más riesgo de siniestro vial. La SEN detecta, además, que el 29,7% de los automovilistas a los que se ha recomendado abandonar la conducción sigue al volante un año después.

Las cifras de siniestralidad ofrecen otra perspectiva. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), el 15% de los conductores con permiso B tiene más de 65 años. De ellos, un 30% supera los 74 años, pero no son necesariamente un peligro en la carretera. No solo “tienen menos siniestros mortales por cada 100.000 conductores en dicho grupo de edad que los conductores entre 35 y 54 años, sino que también se ven implicados en menos colisiones con lesiones o daños materiales importantes por kilómetro recorrido”, sostiene un estudio de 2020 del Instituto de seguros para la seguridad en las carreteras, de Estados Unidos.

Estos datos los refrenda en España la patronal de aseguradoras UNESPA: la frecuencia media de siniestros con lesiones entre los mayores de 65 años es entre un 24% y un 51% menor que en los automovilistas que no han llegado a esa barrera de edad.

Sin embargo, los siniestros resultan muchas veces más graves, sobre todo para los propios mayores al volante: cuando reciben un impacto, su riesgo de morir es muy superior porque son más frágiles. 

Visita al médico de cabecera

En todo caso, la neuropsicóloga Isabel Sala, coautora del estudio, recomienda poner atención a los primeros síntomas que pueden propiciar el cese de la conducción: “Desorientación espacial, mayor dificultad en las intersecciones e incorporaciones a la vía, confusiones con los pedales, olvidar poner los intermitentes o dificultad para mantenerse dentro del carril”, enumera. “Y un aspecto muy importante: el sentimiento que tiene el familiar o acompañante de inseguridad”, añade.

Ocurre a menudo que estos problemas se perciben peor en primera persona. El 45% de los exconductores reconoce haber abandonado la conducción de manera forzada; si se pregunta a los familiares participantes en el estudio, el porcentaje se corrige: el 74% de los automovilistas dejan de serlo por sugerencia o imposición, principalmente por problemas cognitivos (61%), deficiencias en la conducción y malas condiciones físicas (35%) o debido a un diagnóstico de demencia (17%).

Esta fase es la más complicada. ¿Cómo decirle a alguien que se baje del coche? El primer paso, indica Sala, es “consultar al médico de cabecera, que hará una valoración y, si lo considera, hará una derivación al especialista”. Después, sostiene Jesús Monclús, “quitar el permiso no es la única opción. Hay muchas restricciones que se pueden aplicar al carnet [previstas en la normativa], como no circular en vías de alta velocidad o de noche, moverse en un radio de 20 kilómetros… Alternativas que a los mayores les pueden resultar vitales”.

La opinión de la DGT

En este contexto, el director general de Tráfico, Pere Navarro, ha pedido este miércoles no caer en el edadismo. “Un día vamos a ser mayores. Yo ya lo soy”, ha subrayado el director general de Tráfico, que ha argumentado que la limitación de los permisos de conducción es una medida “razonable” antes de la retirada del carnet.

“Solo te voy a permitir conducir en un radio de 30 kilómetros. Podrás ir al médico, a la farmacia, a ver al médico o al supermercado”, ha puesto como ejemplo Navarro. Se trata de una fórmula que funciona “bien” y que existe en la normativa desde hace tiempo. En 2023, unas 70.000 personas renovaron el permiso con limitaciones de este tipo.

Navarro ha asegurado que “nadie va a prohibir conducir por la edad”, aunque la DGT baraja desde hace tiempo reducir los plazos de renovación para los mayores de 65 años. “Sabemos que tendremos que reducir los periodos de vigencia”, reconoció en 2022 la entonces subdirectora general de Formación y Educación Vial de la DGT, María José Aparicio.

Una de las claves es detectar esta necesidad a tiempo. Para ello, la SEN recomienda “trabajar conjuntamente entre los centros de reconocimiento de conductores, las unidades de demencias y la Dirección General de Tráfico para dar respuesta a las diferentes situaciones desde un punto de vista normativo y legislativamente correcto”. 

“Este es un asunto de interés social, todos vamos a pasar por ese proceso. Discriminar por edad no sería justo, pero tenemos que estar más atentos. Es preciso desarrollar nuevas herramientas para la renovación del permiso de conducción, fomentar los cursos de refresco para mejorar la conducción y fomentar la empatía hacia los conductores mayores”, concluye Monclús.

Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram

Newsletter ElMotor

Recibe la newsletter de EL MOTOR con toda la actualidad del mundo del automóvil y la moto, tecnología, seguridad, conducción y eficiencia.

Apúntate

Servicios ELMOTOR

Encuentra los mejores talleres, seguros, autoescuelas, neumáticos…

BUSCAR
Cerrar

NEWSLETTER

Toda la actualidad del mundo del automóvil y la moto, tecnología, seguridad, conducción y eficiencia en tu buzón de correo.

¡Me interesa!
Por ahora no