Las siglas GSi significaban para Opel lo mismo que GTI para Volkswagen o ST para Ford, pero la estirpe deportiva de la marca alemana quedó interrumpida tras la desaparición de la quinta generación del Corsa en 2012. Los OPC quedaron como únicos exponentes del carácter deportivo de Opel. Sin embargo, el fabricante ha decidido retomar la denominación clásica: en septiembre, en el marco del Salón de Frankfurt, presentará el nuevo Opel Insignia GSi (aunque técnicamente también tendrá la coletilla Grand Sport que se ha añadido en la presente generación).
Con solo mirarlo queda claro que estamos ante la versión más dinámica de la berlina alemana, pues luce un kit de carrocería específico que mejora su aerodinámica. Mayores entradas de aire en el paragolpes delantero, pasos de rueda ligeramente más marcados, un faldón trasero con forma de difusor y un spoiler que garantiza más carga aerodinámica se encargan de ello. También se añaden al conjunto un par de salidas de escape cromadas y unas llantas específicas de 20 pulgadas.
Tras ellas se encuentran unos frenos Brembo con discos de 345 mm mordidos por pinzas de cuatro pistones, primeros elementos que mejoran su rendimiento. A ellos hay que sumar una suspensión de muelles cortos que rebaja 10 mm su distancia libre al suelo, una dirección más firme y el chasis FlexRide, que permite elegir entre cuatro modos que varían la respuesta de acelerador, los cambios de marcha, etc.: son Standard, Tour, Sport y Competición (este desactiva el ESP).
Para animar el conjunto del Opel Insignia GSi se ha optado por un bloque 2.0 turbo que entrega 260 CV y 400 Nm de par, y que se asocia a una caja de cambios automática de ocho relaciones y al sistema de tracción total con reparto vectorial de par. Opel no ha facilitado datos de sus prestaciones, pero sí ha informado de que es más rápido en Nürburgring que su predecesor, el Insignia OPC, pese a tener 65 CV menos. Lo consigue gracias a su estructura ligera (160 kilos kilos menos).
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.