Los coches pueden personalizarse de muchas maneras. Una de las más sencillas y accesibles es colocar pegatinas en la carrocería. Estos adhesivos hacen el propio automóvil más reconocible y expresan al mismo tiempo los gustos personales del conductor.
Hay numerosos tipos de pegatinas entre las que escoger para adornar la carrocería. Desde logos y banderas hasta símbolos compartidos por más personas. Algunas son más difíciles de identificar a no ser que se conozca la historia que hay detrás.
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La pegatina de Almería
Esta pegatina hace referencia al Índalo, una figura rupestre que data del neolítico tardío o Edad del Cobre. Pero, ¿qué tiene que ver con Almería? Fue descubierta en la Cueva de los Letreros, en el municipio de Vélez-Blanco, precisamente en esta provincia.
La figura representa a una forma humana con los brazos extendidos y un arco sobre sus manos. Aunque su significado no ha sido definitivamente esclarecido, se le considera un símbolo de buena suerte en la provincia de Almería.
Pegatinas permitidas en el coche
Así las cosas, en los cristales de un coche sólo es posible colocar aquellas pegatinas obligatorias: según la norma, la única es la de la ITV. La presencia de la etiqueta medioambiental de la DGT depende de los ayuntamientos.
No es la única que está permitida. Las matrículas de los coches previos a 1998 no llevan la banda azul europea en el lado derecho, así que es posible colocar un adhesivo con la eurobanda junto a la placa. También tienen el visto bueno las pegatinas de los telepeajes, que algunos coches llevan en el parabrisas delantero detrás del retrovisor interior.

Las pegatinas que sí están prohibidas
Hay una serie de pegatinas que, debido a sus características, sí están prohibidas por la normativa. Al hilo del punto anterior, no está permitido colocar adhesivos que impidan leer la matrícula de un coche: una infracción penada con una multa de 200 euros.
Tampoco están permitidas las pegatinas reflectantes o luminiscentes, ya que pueden afectar a la visibilidad de otros usuarios de la vía, o las de competición. Se considera que incitan a sobrepasar los límites de velocidad establecidos en la vía.
Y teniendo en cuenta que la norma no es completamente rigurosa, la última decisión sobre la multa para los conductores que no cumplan con estas prohibiciones es de la autoridad. Sea como sea, la sanción es de 200 euros (100 euros con pronto pago).
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