Por qué el 2% de los conductores pone en riesgo a los demás en España

La Dirección General de Tráfico ha publicado los resultados de la última campaña de vigilancia del uso de alcohol y drogas.

carretera coche solo
Un coche circula por una autovía española.

Una minoría sigue bebiendo, drogándose y conduciendo. La Dirección General de Tráfico (DGT) denunció a más de 600 personas cada día tras haber consumido drogas o alcohol entre el 14 y el 20 de julio pasados. Casi todos (96%) fueron detectados en uno de los controles preventivos de la campaña especial que activó el organismo que dirige Pere Navarro; el resto, tras haber cometido una infracción, por su involucración en un siniestro o por presentar síntomas de embriaguez.

Durante los siete días de vigilancia, los agentes de la Guardia Civil realizaron las pruebas de alcohol o drogas a 210.957 conductores y solo el 2% dio positivo en alguna de las sustancias analizadas (4.234 automovilistas). 

La cifra es nimia pero suficientemente significativa: la presencia de alcohol es el segundo factor recurrente en los siniestros de tráfico con fallecidos, después de las distracciones, y su influencia en la mortalidad vial (junto con la de las drogas) queda patente en las estadísticas. El 53,6% de los conductores muertos en siniestros de tráfico en 2023 dio positivo en alcohol, drogas de abuso y psicofármacos, aisladamente o en combinación, según el último informe en la materia del Instituto Nacional de Toxicología

Con esta evidencia como argumento, Tráfico justifica los controles preventivos por la necesidad de identificar a quienes han ingerido alcohol o drogas y ponen “en riesgo su propia seguridad y la de los demás”.

Alcohol entre los conductores

En la carretera, durante esos siete días de julio, apenas el 1,1% de las 205.103 pruebas de alcoholemia realizadas por la Guardia Civil acabaron por encima del límite legal (0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, 0,15 para noveles y profesionales), con algunos casos especialmente graves. Así, de los 2.232 positivos, 246 conductores dieron una tasa superior a 0,60 miligramos, límite que el Código Penal considera delito contra la seguridad vial. Además, 13 conductores fueron puestos a disposición judicial por negarse a realizar las pruebas de alcoholemia, ha informado Tráfico en una nota.

La situación es diferente con las drogas, con las que los agentes de tráfico hilan más fino. Para esta campaña, realizaron 5.854 pruebas de detección en puntos clave, cerca de lugares de consumo habitual, y el 38,4% de los conductores (2.248) dio positivo en los test preliminares, casi todos en controles preventivos. 

Entre las drogas más consumidas están el cannabis (1.634 casos), la cocaína (822 casos) y las anfetaminas (231 casos). De los 2.248 positivos, 18 automovilistas fueron trasladados a la autoridad judicial por conducir bajo los efectos de sustancias tóxicas, estupefacientes o psicotrópicas.

Solo cero tiene cero consecuencias

A juicio de la DGT, estas campañas permiten detectar a quienes infringen la ley y, al mismo tiempo, alertar y concienciar a otros conductores que se ponen al volante tras haber ingerido alcohol. Más de 4.400 conductores controlados durante la campaña conducían con tasas inferiores al límite legal. “Como se ha dicho en reiteradas ocasiones, solo cero tiene cero consecuencias porque, aún con tasas más bajas de las permitidas, el riesgo de accidente es mayor”, ha recordado Tráfico.

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