El conocido como arranque sin llave es una tecnología muy implantada ya en el sector del automóvil, presente en modelos de prácticamente cualquier segmento. La llave inteligente comenzó a utilizarse a finales del pasado siglo (Mercedes-Benz en 1998), permitiendo el acceso al vehículo sin necesidad del accionamiento de la clásica cerradura de las puertas y ni siquiera la del arranque, ya que se realiza pulsando un botón situado en el salpicadero.
Sus ventajas de comodidad parecen indiscutibles y por ello se encuentra cada día más en coches de todo tipo, aunque en Estados Unidos se está produciendo un cierto alarmismo a causa de negligencias de usuarios de esta tecnología que provocan muertes por inhalación de monóxido de carbono en espacios cerrados.
The New York Times se ha referido a una cifra de 28 fallecimientos y 45 heridos desde 2006 por este motivo, aunque su análisis también señala que la cantidad podría ser incluso superior ya que ninguna agencia federal lleva un registro preciso de los casos. Investigados oficialmente se catalogan cuatro desde ese año, a los que habría que sumar otros conocidos por informaciones periodísticas, denuncias e intervenciones de policía o bomberos.
El proceso de los incidentes sigue un patrón bastante común: el conductor estaciona el coche en el garaje particular de su domicilio, lo deja aparcado sin percatarse de que el motor sigue funcionando y la emisión de monóxido de carbono durante horas provoca una intoxicación que puede acabar en la muerte.
Se trata, obviamente, de casos puntuales y relacionados con una concatenación de circunstancias que desembocan en tan fatal desenlace. Se producen en garajes con conexión directa con la vivienda (algo frecuente en las unifamiliares), los afectados suelen ser personas de avanzada edad que no se percatan de que el motor continua funcionando desde el exterior a causa de su baja rumorosidad, con modelos que no realizan advertencias claras sobre esta circunstancia y que se mantienen en marcha cuando la llave de radiofrecuencia se encuentra a cierta distancia del vehículo.
La preocupación al respecto es la que recoge el prestigioso medio estadounidense, que recuerda que la Sociedad de Ingenieros de la Automoción de aquel país ya solicitó hace siete años que todos los modelos dotados de tal tecnología emitieran una serie de señales acústicas cuando sus propulsores siguieran en marcha sin la llave en su interior.
De hecho, la mayoría de las marcas disponen de estos sistemas de aviso e incluso algunas programan que el motor se pare automáticamente cuando no exista ningún tipo de actividad durante un determinado periodo. Son los modelos más antiguos, los de finales de la década de los noventa y principios de 2000, los que se muestran más propicios a situaciones como las descritas.
En algunos de los casos constatados en Estados Unidos se encontraron acumulaciones de monóxido de carbono en el lugar del suceso 30 veces superiores a las que el organismo humano puede superar. El peligro de este gas es que es incoloro e inodoro, por lo que es difícil de detectar aun siendo altamente tóxico.
Sus características nocivas son bien conocidas en el entorno doméstico por mala combustión de calderas de calefacción, un riesgo que se extiende ahora al mundo del automóvil por estos casos que bien siendo puntuales no dejan de resultar preocupantes. Las primeras víctimas por esta causa en Estados Unidos datan de 2006, cuando un matrimonio de Florida falleció después de dejar funcionando el motor de su Toyota Avalon con llave inteligente en el interior de su garaje.
La Administración Nacional para la Seguridad del Tráfico (NHTSA) ya había publicado hace dos años una serie de recomendaciones al respecto, acompañadas del siguiente vídeo en el que de forma gráfica se informa de los riesgos de este tipo de dispositivos.
La industria del automóvil se esfuerza para que las advertencias al respecto resulten más efectivas y evidentes, con indicadores específicos en el tablero de instrumentos en el interior del vehículo y señales sonoras una vez que se abandona el mismo, duplicando incluso el número de pitidos para que cualquier persona pueda atender a ellos.
Los coches híbridos presentan la particularidad de poder quedarse conectados en modo eléctrico, para posteriormente accionar el motor de combustión en caso de alguna solicitud mayor de energía, por ejemplo al conectarse la climatización por una caída de temperatura. De ahí que cada día sean más las marcas que optan por un sistema de desconexión total del vehículo tras cierto tiempo sin actividad.
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