Lo habitual cuando se adquiere un coche es que llegue entero al comprador, pero esto, que parece lógico, no es tan habitual en el mundo de las furgonetas. No son pocos los modelos que se venden en formato chasis-cabina, que solo incluye la cabina delantera y el chasis desnudo para que los profesionales monten en la zaga aquello que necesiten para su actividad laboral.
Sin embargo, lo que sí es raro es que un fabricante venda un modelo uniendo entre sí dos cabinas que miran en direcciones opuestas. Eso es precisamente lo que hace Citroën en algunos mercados, como el británico, con vehículos como el Jumper (llamado Relay en aquellas tierras).
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De hecho, no es algo exclusivo de la marca del doble chevrón, si no que también se aplica a otros modelos comerciales del resto de fabricantes que integran Stellantis, como es el caso del Boxer de Peugeot o el Ducato de Fiat.
Ahora bien, ¿por qué se lleva a cabo esta práctica? A primera vista no es algo que tenga lógica, puesto que se trata de dos cabinas mirando en direcciones opuestas, sin ningún tipo de capacidad de carga y cuyo único punto positivo sería, por raro que pareciese, el de poder circular en las dos direcciones, ya que cada cabina cuenta con su propio sistema de propulsión.
Sin embargo, ese no es su cometido. Este peculiar formato de venta se adopta por una cuestión logística.
Dos en uno
Este tipo de vehículo está pensado para clientes con unas necesidades muy específicas, tanto que incluso una versión de chasis desnudo estaría de más, porque necesitan una trasera tan personalizada que de todas maneras tendrían que acabar eliminando el chasis.
Para no desperdiciar piezas y también ofrecer un precio más bajo, Stellantis ofrece este formato, que une las dos cabinas con una pieza temporal, que se puede eliminar para luego construir dos furgonetas independientes.
Esto es viable por la configuración de los modelos del grupo. Como se trata de modelos con tracción delantera, tienen en el eje anterior todo lo necesario para operar.
Cada cabina cuenta con su propio motor, un bloque 2.2 BlueHDI turbo de cuatro cilindros que desarrolla una potencia de 140 CV y va asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades.
De esta manera, el comprador adquiere dos partes frontales, las separa y se encarga de dar forma a dos vehículos independientes.
Citroën vende este Jumper Back to Back por 36.018 libras esterlinas en Reino Unido, unos 41.850 euros al cambio actual.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.