Peugeot quiere mantener un protagonismo destacado en el segmento de los todocamino. Lo demuestra su apuesta por un programa deportivo como el Dakar y también el esfuerzo dedicado al desarrollo del Quartz, un prototipo que presentará en el próximo Salón de París y que supone la interpretación que la marca francesa hace de esta tipología de vehículos para los próximos años.
Para empezar, y como no podía ser de otro modo, Peugeot apuesta por la tecnología híbrida en su motorización. Combinando un propulsor de gasolina de 1,6 litros y dos motores eléctricos (cada uno de ellos acoplado a uno de los ejes) se obtiene una potencia total de 500 CV, que se gestionan a través de este sistema de tracción integral y una caja de cambios automática de seis relaciones.
Su utilización contempla tres modos diferenciados: el ZEV completamente eléctrico con una autonomía de hasta 50 kilómetros; otro denominado Route en el que trabajan en sintonía el motor de explosión y el eléctrico del tren delantero; y un tercero Race que pone en acción los tres motores para garantizar la mayor motricidad y rendimiento en todo tipo de superficies.
Estéticamente el Quartz es imponente, con una atractiva carrocería coupé elevada, de aspecto muy deportivo y líneas estilizadas pero contundentes. Su longitud es de 4,5 metros y en ella aparece un habitáculo para cuatro pasajeros en el que se utilizan materiales tan especiales como la piedra de basalto, tejidos elaborados en telares digitales o cueros reciclados de muebles o prenda de lujo. Y presidiéndolo todo ello, un salpicadero orientado claramente hacia el conductor, en el que la ergonomía se ha convertido en prioritaria con una inspiración evidente en el mundo de la competición.