El coche de la reina de Inglaterra se subasta por el doble de lo esperado

Las subastas de coches pueden generar atención por diversos motivos: la rareza del vehículo, su buen estado de conservación o haber pertenecido a alguna personalidad relevante, entre otros. El último factor despierta el interés de los coleccionistas con bastante facilidad, algo que es todavía más evidente si el automóvil era propiedad de alguien de la realeza.

Este caso es uno de esos, ya que Iconic Auctioneers ha sacado a subasta uno de los coches de la reina de Inglaterra, la difunta Isabel II, un Land Rover Range Rover.

El todoterreno de lujo es un modelo caracterizado por su capacidad fuera del asfalto y por las comodidades que ofrece dentro de él, pero un ejemplar convencional se cotiza mucho menos de lo que se espera que se pague por esta unidad de 2004.

Según los cálculos previos de la empresa subastadora, la puja ganadora iba a estar entre las 50.000 y las 60.000 libras esterlinas, lo que al cambio actual supone entre 57.000 y 69.000 euros, aproximadamente.

Sin embargo, la realidad superó considerablemente lo esperado: ha alcanzado las 132.750 libras, unos 152.000 euros.

Esta cuantía obedece a su procedencia y al hecho de que era la propia Isabel II quien se ponía al volante del modelo, algo de lo que hay pruebas en vídeo.

Gracias a ello se ha podido confirmar su procedencia y origen, pues se trata de un ejemplar que fue registrado por primera vez en 2004 y que a lo largo de su vida ha sido cuidado de manera regular. Hay constancia de 14 revisiones, la última llevada a cabo por la propia Land Rover el pasado julio.

En perfecto estado de conservación

Ionic Auctioneers afirma que su estado de conservación es excelente incluso a pesar de ser un vehículo que tuvo bastante uso, pues su cuentakilómetros registra 109.675 millas, es decir, casi 177.000 kilómetros.

Conserva el color Epsom Green original de la pintura y cuenta con extras como un protector de asientos para llevar al perro, escalones laterales o una parrilla delantera modificada. Además, la Casa Real Británica pidió elementos específicos como asideros en las puertas traseras facilitar el acceso y la salida de su majestad.