El Peugeot 308 ha sido un éxito para la marca francesa porque las cifras de ventas han acompañado siempre, pero el tiempo no pasa en balde. El coche se estrenó en 2013 y era conveniente una puesta al día para refrescar la imagen del modelo y asegurar que siga siendo competitivo. Sin embargo, a pesar de la necesidad del lavado de cara, el fabricante ha debido de pensar que si algo funciona, para qué cambiarlo.
No es que estas actualizaciones (a medio ciclo de vida) suelan ser muy profundas, pero en el caso del Peugeot 308 hay que afinar mucho la vista porque apenas hay modificaciones. La presentación de este nuevo aspecto estaba prevista para verano, pero en PeugeotForum han publicado las primeras imágenes filtradas.
En el frontal, la parrilla cambia ligeramente, aumentando un poco su tamaño y, sobre todo, dejando atrás el diseño de láminas horizontales a favor de una estructura de puntos similar a la que lucen los últimos SUV de la marca. El paragolpes modifica su configuración, con unas líneas más rectas y un diseño más a lo ancho de los faros antiniebla. En la zaga, por su parte, los pilotos se afilan y alargan un poco más que en la versión actual.
El habitáculo trae consigo una sorpresa, no por los cambios introducidos, si no por omisión de ellos. Viendo la línea de los últimos lanzamientos de la marca, se esperaba la inclusión del i-Cockpit, el cuadro de instrumentos digital de Peugeot. Pero parece que no: el compacto continuará utilizando un conjunto formado por dos relojes analógicos y una pequeña pantalla central.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.