El nuevo Seat Ibiza es de arcilla (y pesa tres toneladas)

Como si de una orquesta perfectamente coordinada se tratase, los distintos elementos del área de diseño de Seat han trabajado de la mano en el nuevo Seat Ibiza. Un proyecto que se inicia en 2014 cuando al departamento de Diseño llegó el pliego de condiciones que describía en qué debía convertirse la nueva generación del modelo estrella de la marca española.

Alejandro Mesonero-Romanos, director de Diseño de Seat desde 2011, es quien dirige a los distintos departamentos en una misma dirección. Desde los diseñadores de exteriores e interiores hasta los modeladores, sin olvidar a los responsables del color y los materiales.

Los primeros trazos del diseño nacieron sobre un folio en blanco. Sin olvidar nunca el pasado y la historia del modelo y teniendo en mente, siempre, cómo se quería proyectar la futura generación. Con bocetos simples y muy rápidos, el departamento de Diseño Exterior se pone a trabajar. Ideas frescas y dinámicas, sin un nivel de acabado demasiado alto. En esta primera fase prima la originalidad y la creatividad. Distintos equipos de diseño dan forma a distintas propuestas que, según avanza el proceso de selección, se irán desechando.

De manera paralela, el departamento de Diseño Interior empieza a funcionar. Y de forma muy similar surgen los primeros bocetos sobre papel. Distintos diseñadores trabajan simultáneamente, cada uno con sus propuestas. Ideas rápidas para comprender el espacio dentro del coche. En el interior se combinan gran cantidad de variables, como ergonomía, funcionalidad, tecnología… Son elementos que se deben combinar para conseguir un diseño único con una estética atractiva y que debe guardar relación con el exterior. Como explica Álex Pérez, diseñador de Interior en Seat: “Es muy importante que el diseño del interior y del exterior tengan el mismo lenguaje. Comprender que es el mismo coche.”

Pero no sería nada de las ideas y primeros bocetos sin color ni textura. El departamento de Colour&Trim define y diseña los colores de Seat, tanto del interior como del exterior, los tejidos y los materiales utilizados.

Es un departamento en permanente contacto con la moda, la arquitectura y con las últimas tendencias en general. Y sobre él recae la responsabilidad de escoger la paleta de colores que se usarán en el nuevo modelo, así como los distintos materiales del interior. Gracias a este departamento, la profunda relación que existe entre el diseño exterior e interior se fusiona en un mundo único.

Con los meses, el proyecto va madurando. La creatividad inicial da paso a dibujos más elaborados, en los que se empiezan a apreciar los primeros detalles. Tanto el departamento de interior como el de exterior pueden afinar más sus propuestas en esta fase. Y es ahora cuando se escogen los temas de diseño que mejor encajan con el modelo. En el caso del nuevo Ibiza, fueron cuatro los seleccionados. Es hora de que todas las ideas que se han trabajado sobre papel o sobre la pantalla del ordenador den el salto a la realidad.

Llega el turno de los modeladores, del departamento de Clay. Usando una arcilla especial, conocida como Clay, estos artesanos crean modelos a escala 1:4 de cada una de las cuatro propuestas. Aunque actualmente la tecnología permita fresar los modelos mediante robots, el último toque humano es vital. El tacto del modelador es esencial. Como comenta Ignasi Marsé, modelador de Clay de Seat: “Nosotros hacemos lo que nos mandan [los diseñadores], por decirlo de algún modo: somos sus manos”.

Simultáneamente, en el departamento de Tapicería, se da forma también a los primeros asientos del Ibiza. Se trabajan las formas de los asientos, el mullido, cómo utilizar los distintos tejidos seleccionados… Se crean diferentes modelos para los distintos acabados del Ibiza: Style, Reference, FR, etcétera. Y al igual que en el resto de departamentos, los mejores son los elegidos y los que finalmente podrán escoger los clientes.

Llegados a este punto, es hora de decidirse por el diseño final. De las cuatro propuestas finalistas solo una tendrá luz verde para seguir adelante. Una decisión que compete a un gran número de personas, tanto de Seat como del Grupo Volkswagen, entre ellos el director de diseño de la marca.

Y ahora sí, el departamento de Clay se pone manos a la obra para crear el modelo en arcilla a escala 1:1. Una maqueta a tamaño real que puede llegar a pesar tres toneladas y que servirá a los diseñadores para dar el último toque al diseño. Sobre esta macro maqueta se realizan los trabajos más sutiles de diseño, desplazando las líneas apenas unos milímetros.

Todo lo que sea necesario para dar con el equilibrio perfecto de las formas. Usando un vinilo adhesivo se puede simular la pintura del vehículo y así saber en qué lugar se generarán sombras o reflejos. Diseñadores y modeladores trabajan codo con codo evolucionando y estudiando hasta el último detalle.

De forma paralela, entra en juego en departamento encargado de realizar las pruebas con el modelo virtual. Desarrollar un nuevo vehículo es un proceso estrictamente confidencial, en el que las marcas ponen muchos esfuerzos para que nada sea desvelado antes de la presentación oficial. Por esta razón, se usan modelos de realidad virtual sobre escenarios reales. Es así como los equipos de diseño pueden visualizar el modelo desenvolviéndose por entornos y situaciones reales. De esta forma, se pueden valorar distintos aspectos y dar el visto bueno al diseño, sin arriesgarse a ser observados por la competencia.

Ha pasado un año y medio desde el primer boceto hasta este punto. En este momento el diseño se congela y se pasa a resolver las partes de viabilidad técnica, económica, de ingeniería, legislativa… Aún queda otro año y medio antes de que el modelo final sea presentado en público, pero el diseño definitivo ya está decidido. En palabras de Alejandro Mesonero-Romanos, el diseño de un coche como el Ibiza “es una operación tridimensional muy compleja que hay que conducir por el camino correcto. La participación de todos bien coordinada es fundamental”. No hay duda de que es un proceso largo, en el que solo las mejores ideas llegan al producto final. En este caso, la quinta generación de un modelo icónico: el nuevo Ibiza.