Skoda sigue apostando por los motores pequeños para las versiones de acceso de sus modelos. El hasta ahora bloque de entrada del Skoda Fabia, un 1.2 TSI de cuatro cilindros, entrega el testigo a un nuevo propulsor 1.0 TSI tricilíndrico.
Más compacto que su predecesor y con un cárter fabricado en aluminio ligero, es 10 kilos menos pesado. Además, según la marca, se ha reducido la fricción en el funcionamiento y se ha incrementado la presión de la inyección, lo que redunda en una reducción del consumo del 6%.
El nuevo motor estará disponible tanto para la carrocería compacta como para la Combi familiar del Skoda Fabia, en ambos casos con dos niveles de potencia. En la configuración más básica entrega 95 CV y 160 Nm, y se combina con una caja de cambios manual de cinco relaciones. Acelera de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos (10,8 para el Combi) y alcanza una velocidad punta de 185 km/h (187 km/h para el Combi). El consumo baja de 4,6 a 4,3 l/100 km y las emisiones de CO2, de 105 a 99 g/km.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.