Si hace una semana el Skoda Karoq mostraba su variante más capaz fuera del asfalto con la versión Scout, ahora le toca el turno a la que es (a falta de un RS) la más dinámica cuando se trata de circular por la carretera: el Skoda Karoq Sportsline. Se coloca en la parte superior de la gama, sacando el lado más deportivo del modelo, con una estética diferenciada, bien equipado y teniendo la opción de montar un motor exclusivo.
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El modelo checo estrena unos paragolpes específicos que le dan un carácter más agresivo, tiene las ventanas tintadas, las barras del techo son negras y las llantas de 18 pulgadas también, aunque estas pueden ser opcionalmente de 19. En el habitáculo los asientos están tapizados en piel y dejan ver unas costuras de contraste blancas, los pedales son de acero inoxidable, el volante está achatado en su parte inferior y también cuenta con un paquete de iluminación.
Respecto a los motores, estrena un bloque gasolina 2.0 TSI de 190 CV que será exclusivo del Skoda Karoq Sportsline y que se combina con una caja de cambios automática DSG de 7 velocidades y con el sistema de tracción a las cuatro ruedas.
Sin embargo, no será la única opción con l que estará disponible. A su lado estará el 2.0 TDI diésel de 190 CV, con la misma tracción y transmisión, y por debajo se encuentran dos alternativas, gasolina y gasóleo, ambas de 150 CV de potencia y que se ofrecen en dos combinaciones posibles: manual y tracción delantera o automático y 4×4.
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