Como concepto puede parecer extraño, un SUV descapotable, pero no sería la primera vez que se explore. A lo largo de la historia se ha probado el formato en el Nissan Murano, en el Range Rover Evoque y dentro de poco llegará también al Volkswagen T-Roc; así que a priori debería haber posibilidades de ver el Skoda Sunroq en los concesionarios, pero la marca checa ha decidido dejarlo como una unidad única desarrollada por sus estudiantes.
Cada año la compañía crea un proyecto especial del que se encargan sus jóvenes, y los 23 implicados de este año se decantaron por hacer una versión ‘roadster’ de uno de los modelos que aspira a ser un pilar de ventas para la casa, el Skoda Karoq.
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La marca les ha dado la oportunidad de gestionar todo lo relativo al desarrollo del coche, desde los bocetos iniciales a la transformación del modelo, pasando por tareas como el marketing. En lo que se refiere al proceso de modificación, ha sido relativamente sencillo, puesto que se ha optado por cortar el techo seccionándolo a la altura del parabrisas delantero, en la base del pilar B y en la del C, aunque en la zona trasera han montado una tapa que se eleva por encima de la cintura. Dado que se trata de un prototipo no le han instalado ningún tipo de capota, ni de lona ni dura.
Han decorado la carrocería en el llamativo color Rojo Velvet y le han montado las llantas del Skoda Kodiaq Sportline con acabado bitono. También ha dado un repaso al interior, retapizando todo el habitáculo en cuero rojo y blanco.
La mecánica se mantiene intacta, con un motor 1.5 TSI tetracilíndrico de 150 CV, con el que el Skoda Sunroq acelera de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos y alcanza los 204 km/h de velocidad máxima.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.