El Suzuki Jimny es un todoterreno de los de toda la vida, eficiente y sencillo, pero llevado a un formato compacto y ligero. En su nueva generación mantiene intactas todas las características que han hecho de él lo que es, pero además opta por un diseño retro que recuerda inevitablemente a sus orígenes.
Aunque Suzuki no ha hecho oficiales sus medidas, mantiene unas dimensiones compactas que se combinan perfectamente con sus líneas cuadradas y angulosas. Con una paleta de colores exteriores realmente llamativa, ofrece un gran contraste con todos los elementos oscuros de la carrocería: la característica parrilla con dos faros redondos, las protecciones inferiores de los paragolpes, los voluminosos pasos de rueda, los faldones laterales y el techo. Además, no faltan detalles prácticos como la rueda de repuesto en la puerta.
El interior apuesta por la misma fórmula de sencillez y estética neo-retro, con la tapicería de tela, plásticos para el revestimiento de las puertas y el salpicadero y un predominio de elementos analógicos. El cuadro de instrumentos está formado por dos enormes relojes y una pequeña pantalla que muestra información del ordenador de abordo, y la consola central cuenta con otra táctil desde la que se controla el sistema de navegación, la conectividad, el teléfono y el equipo de sonido.
Sobre el apartado mecánico del Suzuki Jimny, lo que se ha mencionado por el momento es que conservará su excelente capacidad fuera de pista gracias a sus sistema de tracción a las cuatro ruedas conectable y a la presencia de una reductora, pero no se ha anunciado qué motores utilizará.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.