Se sabía que el nuevo Suzuki Swift Sport acudiría al Salón de Fráncfort 2017 pero la presentación oficial de su tercera generación ha servido para confirmar que se trata de un más y mejor en toda regla: más potente, más ligero y, en definitiva, más deportivo.
Su imagen evoluciona la ya conocida, pero presenta una silueta más atlética, en parte por sus formas más definidas y en parte por unas nuevas proporciones con las que llega a 3.890 mm de largo, 1.735 mm de ancho y 1.495 mm de alto. Esto es: más ancho y bajo que su predecesor, pero también con una mayor distancia entre ejes (y, por ende, con voladizos más cortos) y un peso menor: marca solo 970 kilos en la báscula, 80 menos que el modelo previo.
Esto ya anticipa un comportamiento más ágil y la presencia de un motor más potente lo ratifica. Bajo el capó ahora se encuentra un bloque 1.4 Boosterjet que entrega 140 CV y 230 Nm de par máximo. Solo está disponible con tracción delantera y cambio manual de seis marchas, pero este último ha sido mejorado para que las transiciones entre relaciones sean más suaves. Rematan el conjunto una suspensión revisada y endurecida, además de una mejora de la rigidez del chasis. Por desgracia Suzuki no ha desvelado sus prestaciones.
Retomando el plano estético, se desmarca de los Swift normales por una parrilla hexagonal más grande, detalles de fibra de carbono, un sistema de escape doble y las llantas específicas de 17 pulgadas. El habitáculo también cuenta con detalles diferenciadores, empezando por el ambiente rojo, con múltiples elementos en dicho color (costuras, molduras), los asientos con apoyo lateral, el volante achatado en su base y los pedales de acero.
Su dotación tecnológica y de seguridad incluye sistema de detección de obstáculos, aviso de cambio de carril involuntario, frenada de emergencia autónoma, control de crucero adaptativo y asistente de luces de largo alcance.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, Twitter o Instagram
Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.