Las zonas de bajas emisiones o de tráfico limitado pueden convertirse en un problema para los conductores. Las restricciones a la circulación, que van asociadas a una multa de tráfico si no se cumplen, dificultan los recorridos cotidianos de muchos vehículos que no reúnen los requisitos para circular.
Desde que se empezaron a utilizar, los trucos y argucias para tratar de engañar a las cámaras lectoras de matrículas no tardaron en aparecer en toda Europa. La picaresca española ha sido superada por la de los conductores de otros países, que se han servido incluso de la posibilidad de abrir el maletero desde el interior del coche para sortear el control de la cámara.
Más información
Las complicaciones se suman cuando, además, una de estas cámaras no funciona o está mal calibrada. Fue el caso de este dispositivo colocado en una vía de Países Bajos y al que los conductores holandeses no tardaron en reaccionar.
Ante un semáforo en rojo justo antes de una cámara, se ve que casi todos los conductores abandonan sus vehículos para tapar de una manera u otra la matrícula. Muchos son los que usan cinta aislante, mientras que otros deciden colocar bolsas para ocultar la placa.
Las multas recibidas por un dispositivo mal calibrado o en mal funcionamiento son fácilmente recurribles, pero es cierto que se entra en un proceso administrativo que no todo el mundo quiere afrontar. Para evitarlo, muchos conductores deciden cortar el problema de raíz: sortear, directamente, la cámara.
La multa por tapar la matrícula
Sin embargo, esta solución puede acarrear un grave problema. En España, la multa por circular con la matrícula estropeada o sucia es de 200 euros, pero la sanción puede empeorar. En el caso de que la placa haya sido manipulada intencionadamente, la multa llega a los 6.000 euros, más la retirada de seis puntos del carnet de conducir.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram