Dos modelos, en vez de uno, para tratar de convencer a un mayor número de clientes. Mercedes renueva la oferta de su todoterreno grande, el Clase M, que cambia de denominación, estrena un diseño más sugerente y permite elegir ahora entre dos trajes distintos: GLE, de formato familiar, y GLE Coupé, que aporta una línea más deportiva. Es la apuesta de la marca alemana para ampliar su abanico de compradores potenciales y aumentar las ventas. El primero se lanzará a finales de septiembre con precios desde 60.125 euros (250d diésel de 204 CV), mientras que el segundo llegará ya este julio con tarifas a partir de 78.700 euros (350d de 258 CV).
Casi igual de amplios
A pesar de las diferencias de diseño entre las dos carrocerías, ambos modelos ofrecen una habitabilidad muy similar, con cinco plazas aptas para todas las tallas y un maletero generoso. El GLE, eso sí, saca partido de su mayor altura (1,79 metros, seis centímetros más) y sus asientos traseros resultan más cómodos para los más altos, porque en el Coupé los que midan más de 1,85 metros darán en el techo. Además, su zona de carga es ligeramente mayor: 690 litros, 40 más. Las dos propuestas comparten también la misma presentación del interior, con un salpicadero vistoso y acabados impecables. El GLE, sin embargo, es el único que puede montar el paquete Offroad, que incluye reductora y suspensión de altura ajustable, entre otras cosas, y convierte al familiar de Mercedes en un 4×4 muy capaz.
El GLE, el anterior Clase M, sigue compitiendo con otros 4×4 exclusivos como los Audi Q7 y BMW X5. En cambio, el GLE Coupé abre una nueva parcela de mercado para Mercedes y supone la réplica directa al BMW X6, pionero entre las propuestas camperas de arquitectura cupé: lleva 250.000 unidades vendidas desde su lanzamiento en 2008 y ha demostrado que estos modelos pueden ser muy rentables, animando a la competencia a concebir alternativas similares. Aparte de la marca de la estrella, Audi lanzará también un todoterreno grande de proporciones deportivas, el Q8, basado en el nuevo Q7 y previsto para 2017.
Los dos nuevos modelos de Mercedes tienen un tamaño generoso (4,8 y 4,9 metros de largo, respectivamente), cumplen con soltura como coche único y sobresalen por su calidad, amplitud y comodidad. Comparten la misma base mecánica, con tracción 4×4 y cambio automático de nueve marchas, aunque la variante familiar sale claramente menos cara, entre otras cosas porque ofrece algunas mecánicas menos potentes, como la 250d turbodiésel, que no tiene su pariente. A igualdad de motor, el Coupé es unos 8.000 euros más costoso, un sobreprecio que se justifica con un equipamiento de serie superior: llantas de aleación de 20 pulgadas (de 18 en el GLE), tapicería de cuero completa (frente a parcial), luces led de alumbrado inteligente (en lugar de faros halógenos de iluminación fija), cámara de ayuda al aparcamiento y portón trasero eléctrico, cinco elementos que son opcionales en el GLE.
Cada carrocería tiene su propio diseño y recoge asimismo una puesta a punto específica que termina de definir su personalidad. El GLE, por ejemplo, cuida más la suavidad de rodadura y el confort en general; el GLE Coupé, por su parte, se inclina más hacia el dinamismo y tiene una dirección más rápida y una pisada más sólida, aparte de una gama mecánica que comienza en un nivel de potencia mayor.
La versión de orientación deportiva está disponible con un único motor diésel (350d, desde 78.700 euros), que rinde 258 CV, consume 6,9 litros de media oficial y mueve ya el conjunto con brío. También cuenta con un propulsor de gasolina (400), que ofrece 333 CV y gasta 8,7 litros (80.625), y completa su plantel mecánico con tres variantes deportivas: 450 AMG de 367 CV (8,9 y 93.500), 63 AMG de 557 CV (11,9 y 137.100) y 63 AMG S de 585 CV (11,9 y 148.800).
El modelo de corte familiar añade un motor diésel más asequible, el 250d de 204 CV (5,7 litros y 60.125 euros), que otorga prestaciones correctas y puede ser suficiente para la mayoría. Tiene también el 350d de 258 CV (6,6 y 68.425) y el 400 de gasolina y 333 CV (8,8 y 72.975), y suma una mecánica híbrida enchufable, llamada 500e, que rinde 442 CV y anuncia 30 kilómetros de autonomía eléctrica y un gasto de 3,3 litros en los primeros 100 kilómetros (77.875 euros). No cuenta con la variante 450 AMG, pero sí con las 63 AMG y 63 AMG S (129.800 y 141.100).
La calidad de rodadura de ambos coches alcanza su máxima expresión con la suspensión neumática de regulación electrónica (Airmatic ADS Plus), que filtra todo con gran suavidad y se ofrece como opción en cualquier variante, salvo para las AMG, que la incluyen ya de serie.
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