La historia de Fisker Automotive ha sido una montaña rusa. Tras los Karma y Revero cayó en el ostracismo y solo tras muchos años volvió a la actividad con el Fisker Ocean. El SUV emblema de su nueva era quería ser un éxito, pero recibió críticas muy duras por parte de quienes lo pudieron probar, los compradores comenzaron a cancelar sus reservas y ahora se encuentra al borde de la bancarrota.
Ante esta situación, la compañía estadounidense ha tomado medidas prácticamente sobre la marcha intentando controlar los daños.
Así, hace unos meses su división en Francia anunciaba que se retiraba del mercado, dejando a su suerte a los clientes que hubieran adquirido allí su coche, sin garantías o cobertura de ningún tipo.
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Ahora, gracias a Reddit ha salido a la luz un correo electrónico en el Fisker se comunica con sus empleados, anunciándoles que para ellos el precio del Ocean es de tan solo 20.000 dólares en cualquiera de sus versiones, que se llaman One, Extreme y Ultra.
Es algo muy llamativo porque supone un recorte de precio notable respecto a las tarifas del modelo para el público general. Aunque en los últimos meses ha habido rebajas para intentar atraer a clientes, el precio del Ocean One, que fue la primera variante en comercializarse, era de 68.999 dólares. El Ocean Extreme costaba 61.499 dólares y el Ocean Ultra partía de 52.999 dólares.
El descuento es enorme y, sobre el papel, convierte al Ocean en una ganga. Hay que tener en cuenta que es un SUV familiar que, como mínimo, tiene 279 CV y más de 400 kilómetros de autonomía. De hecho, en su versión tope de gama, que también se ofrece por 20.000 dólares, el rendimiento es de 558 CV y el rango de acción supera los 600 kilómetros.
Sin embargo, la realidad es que no es tan buen negocio. En el mismo email corporativo el fabricante apunta que está explorando todas las alternativas viables para que funcione su negocio, pero que, a pesar de ello, “no hace ninguna declaración sobre qué cobertura de garantía estará disponible en el futuro, incluido si estarán disponibles servicios, piezas y/o actualizaciones”.
Es decir, ofrece los vehículos a sus trabajadores, pero, como ocurre con los clientes, no garantiza que vaya a poder llevar a cabo un servicio postventa normal, lo que puede suponer un problema importante cuando se necesiten piezas o llevar a cabo mantenimientos y reparaciones.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.