Los sistemas de frenada regenerativa no son algo nuevo, pero con la llegada de los coches electrificados (sobre todo con los 100% eléctricos) su relevancia es mucho mayor de lo que ha sido nunca. Contribuyen a paliar uno de los principales inconvenientes de este tipo de vehículos, la autonomía, y en el caso del Audi e-Tron es tan significativo que alarga hasta un 30% su alcance.
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Un porcentaje importante y que sirve para que el Audi homologue una alcance total de 400 kilómetros según el nuevo ciclo WLTP, pero otro aspecto de lo más curioso es que el sistema de frenada puede variar entre tres modos distintos: manual, utilizando las levas en el volante; automático, a través del asistente predictivo de eficiencia; y mediante los frenos, de la manera más tradicional.
Según la marca de los cuatro aros, hasta los 0,3 G, el Audi e-Tron se frena únicamente utilizando los motores eléctricos, lo que supone prácticamente el 90% de las situaciones, por lo que el modelo está recuperando energía en la inmensa mayoría de las frenadas.
Además, quien vaya al volante puede elegir tres grados de recuperación, desde uno básico en el que no hay resistencia en el pedal del acelerador al levantar al pie, hasta uno elevado en el que al soltar el vehículo decelera de manera considerable. De esta manera en muchas situaciones ni siquiera es necesario utilizar el freno convencional.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.