La nueva vida del Mini como coche eléctrico

El urbanita presenta una nueva generación con dos variantes sin emisiones, hasta 218 CV de potencia y 402 kilómetros de autonomía.

Mini

La andadura eléctrica del Mini comenzó en su generación previa con el Cooper SE, pero en su relevo la marca lo convierte exclusivamente en modelo sin emisiones y, además, por partida doble.

Es posible que se trate de la actualización del coche (en su era moderna) que más cambios traiga consigo a nivel visual. Mantiene unas proporciones generales que resultan familiares, así como rasos asociados al vehículo como son los faros delanteros redondos, los traseros con la bandera Union Jack o el formato de la parrilla delantera.

Sin embargo, todos ellos han sido reinterpretados. Así, los grupos ópticos tiene una nueva firma lumínica y existe el reconocible marco de la parrilla. Sin embargo, no hay una parrilla como tal, ya que las necesidades de refrigeración son menores. Los pilotos traseros, por su parte, son triangulares y están unidos entre sí por una banda negra.

Además, en conjunto sus líneas están más marcadas y resulta reseñable que, en contra de la tendencia en el mercado, se mantiene la carrocería de tres puertas junto con la de cinco.

En el habitáculo también es fácil apreciar la fórmula de algo conocido pero reinventado. Se ha apostado por el minimalismo, renunciando incluso al cuadro de instrumentos para centralizar todo en la pantalla que preside el salpicadero, de 9,4 pulgadas y con un peculiar formato redondo. Bajo ella se encuentran algunos botones físicos para ciertas funciones, como el volumen del sistema de sonido.

Dadas sus contenidas dimensiones, ofrece un maletero de tamaño justo, con solo 200 litros de capacidad. Eso sí, abatiendo los asientos traseros (en proporción 60:40) ésta crece hasta los 800 litros.

Dos motores, siempre eléctrico

El nuevo Mini se ofrece en dos versiones: Cooper E y Cooper SE. La primera es la de acceso, con un motor de 184 CV y 290 Nm de par, tracción delantera y una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos. Monta una batería de 40,7 kWh y homologa una autonomía de 305 kilómetros. Es compatible con carga en corriente alterna hasta a 11 kW y en continua hasta 75 kW.

La segunda completa la gama por arriba. Mantiene la configuración de tracción delantera, pero su motor rinde 218 CV y 330 Nm, así que completa el sprint en 6,7 segundos. Su pila también es mayor, de 54,2 kWh, por lo que su alcance llega hasta los 402 kilómetros. Soporta la misma potencia en corriente alterna, pero en continua es compatible hasta con 95 kW.

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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