Jaguar ha cumplido su promesa con el Jaguar I-Pace. A rajatabla: el primer vehículo 100% eléctrico de la marca británica es virtualmente idéntico al prototipo que tanto gustó hace unos meses, y llega con unas características técnicas que podían auparlo al trono de los vehículos de cero emisiones.
Situado en la gama SUV de la firma por debajo del E-Pace (mide 4.680 mm de largo), conserva el atractivo diseño del prototipo. Llama la atención que se haya optado por una parrilla convencional a pesar de que no hay un motor térmico que refrigerar, pero ayuda a mantener el lenguaje de diseño de Jaguar. Su silueta es bastante atlética, la línea de cintura curvilínea le da una peculiar forma a la superficie acristalada lateral y la zaga está coronada por un pequeño alerón.
En el habitáculo presenta una mayor habitabilidad y capacidad de maletero (656 litros) que un modelo equivalente de combustión, pero por lo que más destaca es por la tecnología de que dispone. Tras el volante, el cuadro de mandos es 100% digital, en la consola central se suma una pantalla y por debajo se encuentran los controles analógicos del sistema de infoentretenimiento Touch Pro Duo, que además añade una tercera pantalla.
La clave, no obstante, es su naturaleza eléctrica. Dispone de un sistema formado por dos motores, uno en cada eje, que arrojan una potencia conjunta de 400 CV y están alimentados por una batería de 90 kWh de capacidad. Gracias a esta combinación acelera de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y homologa una autonomía de 480 kilómetros en ciclo WLTP. Con una toma de carga corriente de 7 kW rellenaría el 80% de su batería en 10 horas, reduciéndose a 40 minutos si se emplea un cargador rápido de 100 kW.
Luis Pérez-Sala, expiloto de F-1 y probador de EL MOTOR, ha sido uno de los primeros especialistas en tener una toma de contacto con el I-Pace, con unas impresiones muy favorables: «Con una potencia tan alta, es fácil adivinar que respuesta del acelerador es instantánea. Cuenta con dos niveles de retención al desacelerar, que son seleccionables por el conductor y que influyen en el modo de recarga de las baterías. Aunque está fabricando en aluminio en un 94% su peso es de 2.100 kilos, pero al tener un centro de gravedad muy bajo prácticamente no balancea y no se aprecian inercias por ese peso elevado».
El fabricante ya ha abierto las reservas y ha confirmado que su precio de acceso en España será de 79.100 euros con el acabado S. Por encima se sitúan los niveles SE, HSE y la edición de lanzamiento First Edition, por la que habrá que pagar 103.500 euros. Su rival directo, el Tesla Model X, arranca en los 106.700 euros, que corresponden a la versión 75D con 417 kilómetros de autonomía.
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