El punto intermedio entre los vehículos exclusivamente eléctricos y los híbridos lo ocupan los híbridos enchufables. Para muchos, la alternativa más solvente en cuanto a funcionalidad para el usuario, ya que permite disfrutar de las ventajas de la electricidad pero sin las limitaciones de los cien por cien eléctricos ni los condicionantes de carga dinámica de los híbridos. Y BMW quiere avanzar también en este segmento de los denominados PHEV (por sus siglas en inglés), para lo que inicia una ofensiva en el mercado basada en cuatro productos destinados a cubrir un buen número necesidades.
De este modo, su oferta incluye un familiar como el Serie 2 Active Tourer, una berlina deportiva de la Serie 3 (330), un todocamino tan exclusivo como el X5 y más adelante (a partir de noviembre de este año) el tope de gama que representa el Serie 7. Todos ellos con el planteamiento común de combinar un motor de explosión con otro eléctrico que se alimenta por baterías recargables tanto en marcha hasta el 50% (al estilo de cualquier híbrido convencional) como por completo conectándolo a la red eléctrica doméstica.
Se consigue mejorar así de forma significativa la eficiencia de cada variante y su autonomía. Una combinación ideal para quienes busquen un vehículo que responda a sus necesidades de movilidad diaria en los núcleos urbanos pero sin renunciar a las prestaciones e independencia de un motor de gasolina para desplazamientos por carretera más ambiciosos.
La gama iPerformance, como han bautizado a esta oferta híbrida enchufable, se identifica por pequeños matices diferenciadores (incluyendo una trampilla próxima a la puerta del conductor que da acceso a la toma de corriente) aunque su utilización no cambia en gran medida de los modelos correspondientes convencionales. Tienen tres modos de la gestión de la alimentación eléctrica: automática (el coche define el uso más adecuado en cada momento), carga de la batería (se destina parte de la energía del motor de explosión a la recarga) y completamente eléctrico (disponible siempre que la carga sea la suficiente).
El alcance sin emisiones ronda los 40 kilómetros y la velocidad máxima que pueden alcanzar en este modo es de 120 km/h. BMW afirma que el ahorro en combustible con estas versiones PHEV es significativo (lo que sin duda valorarán las flotas), además de que sus precios se han ajustado exactamente al mismo rango que los de sus hermanos con motor de explosión. El optimismo de la marca sobre el potencial de la gama se completa con tres ventajas igualmente valiosas para los usuarios: el estacionamiento sin coste en zonas reguladas de las grandes ciudades, la circulación por los carriles de alta ocupación de acceso a los centros urbanos y las ventajas económicas por los incentivos fiscales.
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