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BMW 1602 Elektro-Antrieb // 1972
BMW buscó analizar la viabilidad de la tecnología eléctrica para el uso diario, creando una berlina que tenía 43 CV y una batería de 12 voltios que pesaba nada menos que 350 kilos y solo le otorgaba una autonomía de 30 kilómetros. Además, necesitaba 14 horas para recargarse en una toma de corriente convencional. -
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General Motors EV1 // 1996
Un adelantado a su época. General Motors lo fabricó en serie durante tres años y salieron de fábrica unas 1.100 unidades. Tenía 137 CV, gracias a los que aceleraba de 0 a 100 km/h en nueve segundos. Sus baterías de plomo y ácido pesaban 500 kilos y le permitían recorrer entre 110 y 160 kilómetros por carga. Como curiosidad, la propia marca decidió destruir todos los ejemplares, menos uno, a medida que iban terminando los contratos de leasing con los que los habían adquirido sus propietarios. -
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Honda EV Plus // 1997
El compacto fue un pionero en ciertos aspectos, como el rechazo de las baterías de ácido-plomo para pasar a las de níquel. Tenía 66 CV y alcanzaba los 130 km/h, pero destacaba por una autonomía garantizada de 125 kilómetros, que en condiciones favorables podía extenderse hasta los 170 kilómetros reales. Solo se fabricaron 300 ejemplares que se cedieron en formato de leasing. -
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Kia Venga EV // 2010
Se presentó en el Salón de Ginebra como prototipo y finalmente no llegó a convertirse en modelo de producción. Su aproximación es más cercana a los eléctrico actuales que en otros modelos de la lista: su motor entregaba 110 CV, pasaba de 0 a 100 km/h en 11,8 segundos, podía alcanzar hasta 140 km/h y montaba unas baterías de 24 kWh con las que podía recorrer hasta 180 kilómetros. -
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Mercedes Electro 190E // 1990
La marca alemana decidió probar la viabilidad de esta tecnología creando un prototipo que empleaba dos motores, uno en cada rueda trasera, que entregan 44 CV de potencia en total. Se alimentaban de una batería de cloruro de sodio y níquel que garantizaba una autonomía de 110 kilómetros gracias a la ayuda de un sistema de frenada regenerativa. -
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Opel Elektro GT // 1971
Tomaba la atractiva base del Opel GT, pero empleaba un sistema de propulsión 100% eléctrico: dos motores de 120 CV que se combinaban con unas baterías de níquel y cadmio. Aunque su autonomía no era gran cosa (apenas 44 kilómetros), era bastante rápido, puesto que pasaba de 0 a 100 km/h en 6 segundos y tenía una velocidad punta de 189 km/h. -
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Peugeot VLV // 1941
Ante la escasez de combustible debido a la Segunda Guerra Mundial, Peugeot desarrolló un vehículo eléctrico ligero pensado para cumplir con tareas indispensables como el servicio de correos o tareas médicas. Solo pesaba 365 kilos, su motor entrega 3,3 CV, tenía una autonomía de 80 kilómetros y alcanzaba los 36 km/h de velocidad punta. -
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Porsche P1 // 1898
También conocido como Egger-Lohne C.2 Phaeton, fue el primer vehículo diseñado por Ferdinand Porsche por encargo de Ludwig Lohner, que consideraba que los carros tirados por caballos eran cosa del pasado. Su motor eléctrico desarrollaba 3 CV, aunque ofrecía picos de hasta 5 y podía alcanzar 35 km/h. Su batería pesaba 500 kilos y le permitía recorrer 80 kilómetros. -
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Seat Toledo eléctrico olímpico // 1992
Se desarrolló para los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, acompañó a la antorcha e incluso hizo el recorrido del maratón. Sin embargo, poco más alcance tenía: pese a que sus baterías pesaban 500 kilos, su autonomía era de 65 kilómetros. Además, con su motor de 20 CV su límite estaba en 100 km/h. -
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Toyota iQ EV // 2012
Toyota vio que la mejor área para aplicar la tecnología eléctrica era la urbana, donde se saca mayor partido a sistemas como el de la frenada regenerativa. Por eso tomó el modelo más pequeño de su gama y le instaló un motor de 64 CV y una batería de 12 kWh, lo que le permitía recorrer hasta 85 kilómetros. -
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Volkswagen T2 Elektro Transporter // 1972
La Volkswagen Transporter siempre ha sido un vehículo muy versátil y cuenta, además, con el honor de ser el primer vehículo eléctrico de la historia de la marca. En el 72 se tomó la versión Camper para desarrollar esta variante, a la que se acopló un motor de 22 CV y unas baterías de 850 kilos (más pesadas que un Escarabajo de la época). Era capaz de alcanzar los 70 km/h y su autonomía era de 70 kilómetros.
Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.