A pesar de las innegables ventajas que ofrecen los vehículos eléctricos, sus ventas aumentan a ritmos bajos. Su precio, sensiblemente más alto que el de los modelos de combustión, y la necesidad de estar pendiente de la recarga de las baterías, hace muchos conductores no den el paso definitivo de pasarse a la movilidad eléctrica. En estos casos el renting puede ser una buena solución ya que, al ser un alquiler a largo plazo, permite hacer una prueba de larga duración de esta tecnología para comprobar si se adapta a nuestro día a día.
Cuánto cuesta al mes un coche eléctrico
El contrato de renting de un modelo eléctrico incluye, en grandes líneas, los mismos conceptos que cualquier otro modelo. En la cuota mensual comprende el mantenimiento de periódico del vehículo, las reparaciones que puedan surgir de manera imprevista, el cambio de neumáticos, las revisiones de la ITV, el pago de impuestos y la póliza de seguros.
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Sin embargo, y debido a que estamos hablando de modelos con un precio más alto, la cuota mensual a pagar es claramente más elevada que la de otro modelo similar con motor diésel o gasolina. La cantidad media del renting de un coche eléctrico oscila entre los 400 y 500 euros, pudiendo incluso llegar a los 700 en modelos de segmentos premium.
La mayoría de estos contratos a particulares suelen establecerse en 48 meses con un máximo de 10.000 kilómetros recorridos anualmente –el exceso se debe abonar conforme a la cuota establecida por la compañía–. En cualquier caso, se puede optar por periodos menores o mayores –el máximo suele ser de 60 meses– y más kilometraje. Sin embargo, al ser los eléctricos modelos cuya tecnología avanza rápidamente en lo que autonomía y tiempo de carga se refiere, es mejor elegir contratos con una duración corta para así beneficiarse de las posibles mejoras.
Más ventajas que inconvenientes
En 2020 la matriculación de vehículos eléctricos de renting creció significativamente. Casi uno de cada tres coches era de esta tecnología, según datos de la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER). Los modelos más solicitados fueron los pequeños utilitarios y los clientes que más contratos formalizaron fueron los particulares y autónomos en lugar de las empresas. Estas son las principales ventajas del renting de eléctricos:
- Precio. Optar por el renting suele ser una solución más económica que la compra, aunque conviene hacer números porque puede cambiar según modelos. Adquirir un coche eléctrico no es algo que esté al alcance de todos los bolsillos: estos modelos son entre 5.000 y 15.000 euros más caros que uno similar de combustión.
- Menor coste de uso. El coste por kilómetro de un vehículo eléctrico es muy inferior al de uno térmico. Si recorrer 100 kilómetros no suele bajar de cinco o seis euros con los mejores diésel o híbridos, en un modelo a pilas bajará a entre 1,5 y 2,5 euros.
- Mantenimiento de la batería. Los contratos de renting incluyen el posible arreglo o sustitución de la batería, que es el componente más costoso en cualquier coche eléctrico y, como el motor de un modelo de combustión, puede salir por varios miles de euros.
- Movilidad urbana garantizada. Como son modelos sin emisiones, los eléctricos tienen asegurada la circulación por el centro de las grandes ciudades o, en escenarios de alta contaminación, en entornos urbanos. Estos vehículos, además, pueden estacionar de forma gratuita en la calle.
- Tecnología de vanguardia. La tecnología de este tipo de vehículos avanza rápidamente, en especial en lo que respecta a la autonomía o a la recarga de las baterías. Con un contrato de renting se puede optar por los modelos más recientes y que mejor se adapten a la movilidad que tengamos en cada momento.
- Seguro adaptado. Los contratos de renting suelen incluir una póliza de seguros con coberturas especiales para eléctricos, como la asistencia por fallo de la batería desde el kilómetro cero y la indemnización por robo del cable de recarga.
¿Qué ocurre con el punto de recarga?
Disponer de un punto de recarga para el vehículo eléctrico es fundamental para garantizar la movilidad. Las compañías de renting suelen prestar este servicio a las empresas con el fin de ayudarles a hacer la transición ecológica más sencilla. Sin embargo, cuando el cliente es un particular, la instalación de punto de recarga en el domicilio no se suele ofrecer, o no se solía.
A finales de 2020 Iberdrola y el Grupo BNP Paribas lanzaron la solución Todo incluido para particulares y empresas. Esta integra en una sola oferta el renting de un vehículo eléctrico a través de Arval, la instalación de un punto de recarga financiado por BNP Paribas Leasing Solutions y el consumo de energía –tanto de la vivienda como en la vía pública– para los kilómetros contratados suministrado por Iberdrola. Este producto cuenta además con aplicaciones móviles específicas que ayudan a gestionar la recarga del hogar y pública del vehículo.
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