Los nuevos utilitarios eléctricos

El Renault Zoe, líder en radio de acción, y tres recién llegados que priman la imagen para triunfar: Peugeot e-208, Mini Electric Cooper SE y Honda e.

De izquierda a derecha, Renault Zoe, Peugeot e-208, Mini Cooper SE y Honda e. | Enrique Brooking

Empate técnico y victoria nominal del Peugeot e-208, que se impone al Renault Zoe por solo medio punto. Es el resultado de esta comparativa de utilitarios eléctricos, la tecnología más sostenible para moverse por la ciudad y alrededores, e incluso afrontar viajes de medio radio con un gasto mínimo de combustible y sin contaminar.

Los Mini Electric y Honda e, dos modelos a pilas de diseño y vocación urbanita, completan una prueba que enfrenta al Renault, la referencia en autonomía entre los coches de su tamaño, con las últimas propuestas que acaban de llegar.

En pocas palabras

El Peugeot se lleva la victoria porque compensa su menor autonomía frente a su rival francés –280 kilómetros en la prueba– con aspectos como un diseño más atractivo por fuera y por dentro, y un equipo de seguridad algo mejor. Pero en realidad empatan hasta que la economía rompe el equilibrio, porque el e-208 cuesta 1.000 euros menos, una diferencia reseñable, aunque no definitiva, sobre todo si se financia a plazos. El e-208 se vende desde 32.350 euros, 22.150 con todos los descuentos y el Plan Moves II.

El Renault se queda a medio punto, pero es el utilitario eléctrico más completo. Ha confirmado 350 kilómetros de autonomía en la prueba y el consumo total más ajustado. Además, es algo más amplio, el mejor para llevar tres personas atrás y tiene un maletero mayor. Pero lleva ya tiempo a la venta y le penaliza una imagen convencional, un interior más sobrio y un equipo de seguridad justo. Y cuesta 1.000 euros más que el Peugeot. Se vende con dos baterías de 40 y 52 kWh desde 34.950 euros, 25.992 con todos los descuentos y ayudas.

El Mini es el más elitista y prima las prestaciones, con la conducción más ágil y el motor más potente. Destaca por su atractivo estético, con todo el encanto exclusivo de la marca, pero tiene solo dos puertas, cuatro plazas –las traseras muy justas– y un maletero pequeño. Y se vende desde 33.950 euros, 27.450 con todos los descuentos y ayudas del gobierno.

El Honda e es uno de los coches más originales de los últimos años. Propone un diseño diferente a todo lo conocido y un despliegue de tecnologías en el interior, con gadgets como retrovisores por cámara y un salpicadero repleto de pantallas. Pero equipa unas baterías justas y una eficiencia mejorable que reducen su radio de acción a unos 170 kilómetros y le limitan al ámbito provincial. Se vende con motores de 136 y 154 CV y precios desde 34.800 euros, 28.090 con las promociones y ayudas. Y es el más caro.

Estos cuatro utilitarios eléctricos siguen teniendo un sobreprecio frente a sus equivalentes de combustión, pero con las ayudas del Plan Moves II la diferencia se reduce mucho. Y aunque la autonomía les impide cumplir todavía como primer coche de la casa, si se hace un uso intensivo en ciudad, el aparcamiento gratuito y el menor coste del combustible –apenas 1,5 euros cada 100 kilómetros frente a siete euros de los modelos térmicos más eficientes– permite rentabilizar la diferencia para posicionarlos como segundo coche idóneo de muchas familias.

Análisis completo

CONDUCCIÓN

Cuatro utilitarios eléctricos de vocación urbana con las ventajas y limitaciones habituales de los modelos de baterías. El Renault y el Peugeot son los menos potentes, con 135 y 136 CV, seguidos del Honda con 154 CV y por delante de todos el Mini, con 184 CV.

Todos tienen la respuesta rápida al acelerador de los coches de pilas, que entregan la potencia máxima casi al instante, como cuando se pulsa un interruptor de la luz. Y se traduce en aceleraciones fulgurantes hasta llegar a unos 100 km/h. Después, a partir de ahí, se van desinflando a medida que ganan velocidad, y pierden rendimiento y eficiencia. Por eso la mayoría tienen el tope limitado: 140 km/h el Zoe, 145 km/h el Honda, y 150 km/h los otros dos. 

El más rápido es el Mini, que hace valer su mayor potencia y también el peso más liviano, 1.440 kilos, de 100 a 140 menos que los demás. El Honda y el Peugeot corren casi igual, y el Renault se queda solo un poco por detrás, en parte porque es el más pesado, 1.577 kilos. Pero todos van sobrados de prestaciones para circular con mucho nervio en ciudad y alrededores, y su respuesta instantánea les hace divertidos de conducir.

Además, recuperan energía al frenar o desacelerar, y aparte de los programas normales, incluyen modos Sport, donde ofrecen las mejores prestaciones, o ecológicos, como los Green del Mini, que buscan ofrecer la máxima autonomía limitando la potencia, la velocidad e incluso apagando la climatización (Green+).

La principal diferencia de los coches eléctricos frente a los térmicos es el sobrepeso de las baterías, que puede suponer entre 200 y 350 kilos más que sus equivalentes de combustión. La única ventaja es que al ir alojadas bajo el piso rebajan el centro de gravedad, pero aún así, aumentan las inercias y hacen perder agilidad en zonas viradas. Así, ofrecen un comportamiento correcto y seguro, aunque con reacciones más lentas y pesadas que invitan a circular sin prisa cuando se sale a carretera.

El más ágil y divertido es el Mini, que tiene una dirección más rápida y directa, y entra mejor en las curvas. Le siguen el Honda y el Renault, con un carácter y reacciones más tranquilas, y el Peugeot acusa un tacto de dirección mejorable que no transmite al conductor lo que pasa entre las ruedas y la carretera, a lo que tampoco ayuda el volante, demasiado pequeño.

El aumento de peso se acusa también al frenar y todos alargan bastante las distancias frente a sus hermanos con mecánicas térmicas. El tacto del pedal también es diferente y menos consistente, aunque no afecta a la seguridad. Al final el Peugeot ha frenado algo mejor y el Honda, a pesar de llevar los mejores neumáticos, ha sido el menos eficaz. El Mini ofrece también una calidad de conducción superior, con un tacto de mandos más refinado, y los demás están muy igualados, aunque un paso por detrás.

  CONSUMOS Y EMISIONES

La capacidad de la batería, como el depósito de combustible, es la clave de la autonomía. Pero la prueba confirma que la temperatura exterior, la gestión térmica de la pila y la energía recuperada al frenar pueden variar un 25% el radio de acción.

Muy eficiente en tráfico urbano. El Peugeot ha sido el más eficiente en ciudad, 12,2 kWh, y el tercero en autopista urbana tipo M-30, con 10,3. Pero a 120 km/h ha gastado el que más junto con el Honda, 15,2 kWh, y subió a 23,5 en carretera virada. Al final, con solo 2 kWh menos de baterías que el Zoe, ha recorrido 280 kilómetros, 70 menos.

Líder imbatible en radio de acción. En la prueba de enero el frío constipó al Zoe, que tuvo un consumo medio discreto, 16,3 kWh, muy alto en ciudad, 19 kWh, y solo 298 kilómetros de autonomía. Con el calor de julio ha sido casi un 25% más eficiente: 12,6 kWh de media, 15,4 en ciudad, apenas 9,1 en autovía tipo M30 y 350 kilómetros de rango.

El más rápido y frugal en carretera. El Mini corre mucho, pero pesa menos y gasta poco. Ha sido el más frugal en carretera virada, 21,4 kWh, y el segundo en autovía tipo M-30, apenas 9,9 kWh. Pero tiene las baterías más pequeñas, 32,6 kWh, y se ha quedado en 190 kilómetros de autonomía en la prueba, muy justo para salir más allá de la provincia.

Consumo alto y autonomía baja. El Honda es un urbanita de capricho y aunque incluye soluciones avanzadas, como la climatización de las baterías, es menos eficiente y ha gastado siempre más que sus rivales: 16,5 kWh en ciudad, 12 en autovía urbana, 15,2 a 120 km/h y 25 en carretera virada. Y ha hecho solo 169 kilómetros en la prueba.

Respecto a las emisiones, los coches eléctricos no contaminan mientras circulan, y pueden ser neutros en CO2 si se cargan con electricidad renovable.

VIDA A BORDO

Todos miden unos cuatro metros de largo para aparcar bien en ciudad, pero con un espacio limitado que es correcto delate y más justo atrás. El Renault y el Peugeot tienen cinco plazas y el primero es algo mejor para llevar tres personas detrás, porque los de los lados no tocan en el techo, y como incluye un piso casi plano sin túnel central, no molesta en los pies.

En el 208 se va sentado más bajo, pero ofrece más espacio para las piernas, como el Honda, que es tan ancho como el Zoe, aunque no lo aprovecha: está homologado para cuatro plazas. Y el Mini tiene solo tres puertas y es el más corto (3,84 metros) y el más pequeño atrás en anchura y en longitud: si los pasajeros de delante superan los 1,70 metros, los de atrás tocan con las rodillas en los respaldos.

El Renault es el más alto y ofrece un acceso más cómodo, mientras en el Mini y el Peugeot hay que agacharse más al entrar. Y los maleteros son justos en todos, pero el mayor según nuestras mediciones es el del Zoe. Los del 208 y el Mini son pequeños, y el del Honda minúsculo, y con formas irregulares en los lados que confirman su estricta vocación urbana. Además, el respaldo se abate solo en bloque.

El Mini está mejor acabado, con un ambiente atractivo y ADN propio. El Peugeot es más refinado, con buenos materiales y detalles sofisticados, como la instrumentación, más vistosa que práctica. El Honda es de contrastes, con detalles pobres, como las tapicerías y el mullido de los asientos, igual que el Renault, pero estrena un espectacular salpicadero con dos grandes pantallas de 12,3” en el centro, y dos más en los extremos que muestran con impecable definición las imágenes de los retrovisores por cámara.

El 208 es el más cómodo, con suspensiones más suaves, y las del Mini son las más enérgicas, pero tiene la rodadura más consistente. Y aunque todos resultan agradables y silenciosos, el Zoe deja oír el zumbido del motor, en el 208 se siente el rumor de los neumáticos y el Honda no es tan sólido en los baches.

AL DETALLE

Peugeot e-208. Diseño, calidad y precio. Aporta un diseño original y seductor, y un interior vanguardista y vistoso con materiales y acabados de calidad. Y añade una autonomía razonable, solo superada por el Zoe, y el precio más ajustado. En cambio, el tacto de dirección y el comportamiento en curva no están tan logrados, tiene un puesto de conducción más bajo y peculiar que no gusta a todos, y viene menos equipado.

Renault Zoe. El más racional y completo. El más amplio y apropiado para cinco pasajeros, con el acceso más cómodo, plazas traseras algo más desahogadas y un maletero mayor. Ofrece una autonomía superior y compatible con viajes de hasta 300 kilómetros, y también detalles de acabado austeros, como las tapicerías y asientos. Y le penaliza el precio, 1.000 euros más caro que el e-208 y un equipo de seguridad justo.

Mini Electric. Estilo propio y prestaciones. Todo el carisma del Mini por fuera, en el interior y la conducción, con la mecánica eléctrica más potente, 184 CV, las mejores prestaciones y el comportamiento más ágil y divertido. Y también con las limitaciones de la versión tres puertas: solo cuatro plazas, poco espacio para las piernas atrás y un maletero mínimo, aunque con un hueco debajo para los cables de carga.

Honda e. Muy tecnológico y más seguro. El último capricho urbanita de diseño rompedor y con un despliegue de tecnologías a bordo, desde los retrovisores con cámara que proyectan la imagen en los extremos del salpicadero panorámico, a las dos pantallas centrales de 12,3”. Es el mejor equipado, sobre todo en seguridad, pero tiene solo cuatro plazas, un maletero simbólico, autonomía justa y el precio más elevado.

 IMAGEN Y DISEÑO

El diseño penaliza al Zoe, que compite con tres rivales que buscan la excelencia para seducir al público urbanita. Dentro de la subjetividad de los gustos, el Peugeot destaca por el equilibrio entre personalidad, deportividad y elegancia, y es uno de los coches más logrados de los últimos años, con un frontal y una zaga contundentes, y proporciones impecables.

El Honda explora caminos inéditos para posicionarse como un urbanita eléctrico icónico. Aplica soluciones retro, como el frontal vertical, inspirado en el primer Golf GTi, o sus formas cuadradas, y otras futuristas, como los retrovisores por cámara y la banda lacada de la base del portón.

El Mini explota el carisma de su inimitable ADN y se adorna con detalles propios que le distinguen de sus hermanos. Y el Renault, el más veterano, presenta un frontal moderno y con carácter, y prima la altura y las formas abombadas para ganar espacio interior.

En el interior,el Mini explota su encanto con detalles clásicos como los relojes redondos y las palancas. Le siguen el Peugeot y el Honda, el primero con un diseño elaborado que transmite calidad, pero penalizado por la ergonomía del puesto de conducción. El japonés busca la exclusividad en la tecnología, que aplica en un salpicadero muy sofisticado, pero el resto es espartano. Y el Zoe es sencillo y más funcional.

 PRECIOS Y EQUIPAMIENTO

Precios altos, pero más accesibles con las ayudas del Gobierno a los eléctricos: 4.000 euros y 5.500 si se entrega un coche de siete años o más para achatarrar. El más competitivo es el Peugeot e-208, que cuesta 33.350 euros, 31.050 con descuentos (sin prima por financiar con la marca). Y se queda en 27.000 con el Plan Moves II y 25.500 entregando vehículo para desguace.

Le siguen el Renault Zoe con 31.992, y el Mini Electric con 32.950 (descuentos incluidos), que bajan a 26.492 y 27.450 con ayudas y llevando un coche para achatarrar. Y el Honda e sube a 36.590 con descuentos y 31.090 con el Moves II.

El Honda lo equilibra en parte con el equipo de serie más completo, como sucede con el de seguridad, y aporta un despliegue de gadgets tecnológicos que contrasta con sus rivales. Todos vienen con climatizador (bizona en el Mini), ordenador de viaje, radio con bluetooth y conexiones USB (cuatro en el Honda y el Peugeot), pantalla táctil compatible con Apple Car Play y Android Auto (el Mini solo con el primero), órdenes orales, control de velocidad, sensores de lluvia y faros, y retrovisores eléctricos.

Salvo el Renault, añaden retrovisores con plegado eléctrico. El Honda y el Zoe incluyen acceso manos libres y sensores traseros de aparcamiento, y el primero y el Mini llevan navegador. Además, éste último y el Renault suman el cargador inalámbrico para el móvil.

Pero el eléctrico japonés impone sus tecnologías a bordo, con retrovisores por cámara y proyección de imagen a dos pantallas (6”) en el salpicadero, dos superpantallas táctiles (12,3”), asistente personal por voz con inteligencia artificial, techo panorámico, asistente de aparcamiento con cámara 360º y cinco años de garantía y mantenimiento, por tres del Mini y dos de los demás.

Salvo el Honda, los demás incluyen un equipo de seguridad algo justo, en especial el Renault. Todos vienen de serie con cuatro airbags, ABS, control de estabilidad ESP y sensores de presión de ruedas. Y salvo el Zoe, añaden dos airbags más de cortina que cubren todas las plazas y llamada automática de emergencia en caso de accidente.

A excepción del Mini suman también el mantenimiento automático del carril y el lector de señales. El Renault y el Honda llevan gestor de luces de carretera, y el Peugeot y el Mini tienen sensor de fatiga. Pero el e-208 y el japonés añaden la frenada automática de emergencia en ciudad con detección de peatones, y el último es el más completo, porque incluye control de velocidad con radar antichoque ACC, aviso de vehículo en ángulo muerto y alerta de tráfico cruzado trasero (avisa si viene alguien al desaparcar marcha atrás en batería).

CONCLUSIÓN

Victoria mínima del Peugeot por solo medio punto. El e-208 impone un diseño atractivo, una autonomía aceptable y el precio más competitivo, aunque con un equipo de serie corto. El Renault es el mejor como eléctrico, con 350 kilómetros de autonomía en la prueba, y unas plazas traseras y un maletero mejores. Pero le penaliza una imagen y acabados más sencillos y el equipo de seguridad, y es 1.000 euros más caro. El Mini es el más rápido y potente, y el más ágil en las curvas, pero también el menos práctico, con solo dos puertas, dos plazas traseras muy justas y un maletero pequeño. Y cuesta otros 1.000 euros más que el Zoe. El Honda es un coche de capricho y busca la exclusividad con una imagen y contenidos tecnológicos únicos, pero tiene un maletero simbólico, autonomía real de solo 170 kilómetros y el precio más elevado.

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