Si Tesla no es la compañía cuyos movimientos se siguen con más expectación, poco le falta. Elon Musk lleva años promoviendo un plan global para cambiar el mundo hacia la energía limpia y en la faceta automotriz dicho camino pasa por un coche muy en concreto: el Tesla Model 3. Con los Model S y Model X en el mercado, pero enfocados hacia un público de alto nivel adquisitivo, es el compacto, llamado a ser el ‘eléctrico de masas’ el que debe suponer una revolución. La empresa ha cumplido los plazos estipulados y ha presentado el modelo de producción. La cuestión es: ¿está a la altura de las expectativas?
El primer punto a favor del Tesla Model 3 es su imagen, discreta, heredada del Model S y que, al contrario de lo que muchos otros eléctricos hacen, no cae en estridencias. Rompe con esa aparente necesidad de que este tipo de vehículos destaque en lo visual, generalmente para mal, con soluciones estéticas cuestionables. Su longitud es de 4,69 metros, con lo que competirá en dimensiones con rivales de marcas premium como el Audi A4 (4,72), BMW Serie 3 (4,63) o Mercedes Clase C (4,68).
Hablemos de mecánica. Tesla ha optado por no develar aún la potencia del motor eléctrico o la batería que utiliza, pero sí ha anticipado que la gama estará formada por dos versiones. La básica, denominada Standard, tiene una autonomía de 354 kilómetros según la EPA (más realista que el ciclo NDEC europeo), acelera de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos y alcanza una velocidad punta de 210 km/h.
La superior será la Long Range, cuyo alcance sube hasta los 499 kilómetros, rebaja el 0-100 hasta los 5,1 segundos y sube su velocidad máxima hasta los 225 km/h. ¿Son cifras que suponen una revolución? La variante básica se queda por detrás de uno de los últimos 100% eléctricos en salir al mercado, un Opel Ampera-e que homologa 520 kilómetros de alcance pero cumple con 380 reales. La Long Range por su parte, sí puede suponer el salto definitivo para acometer viajes de cierta entidad.
Ahora bien, ¿será el Tesla Model 3 el coche que democratice la movilidad eléctrica? El precio de partida es de 35.000 dólares (unos 29.600 euros al cambio), cifra que sube hasta los 44.000 (37.200 euros) para la versión de autonomía extendida. No es barato como tal, pero tampoco es un precio desorbitado para lo que ofrece. Eso sí, son las cifras que hay que pagar por los Model 3 básicos y aumentan considerablemente en cuanto se empiezan a añadir opcionales.
De serie se venderá en color negro y hay que pagar 1.000 dólares más (845 euros) por elegir otra pintura. Las llantas son de 18 pulgadas, y por las de 19 hay que desembolsar 1.500 dólares (1.268 euros). El conocido sistema de conducción autónoma está instalado en el vehículo, pero hay que pagar 5.000 dólares (4.200 euros) para desbloquear las funciones del AutoPilot (mantenimiento de carril, conducción autónoma en autopista, aparcamiento automático, cambio de carril) y más adelante se ofrecerá un modo completamente autónomo por el que habrá que pagar otros 3.000 dólares (2.500 euros).
Mirando al interior del Tesla Model 3, la marca ha apostado por un habitáculo minimalista, algo que ya se conocía por imágenes filtradas previas. No hay nada, salvo el volante y una pantalla horizontal de considerable tamaño, 15 pulgadas. Para quien quiera algo más, está disponible el Pack Premium previo pago de 5.000 dólares extra (4.200 euros). Este incluye asientos regulables en 12 posiciones y calefactados, dos tomas USB para las plazas traseras, revestimiento de madera, luces antiniebla LED, techo panorámico y retrovisores exteriores eléctricos, calefactados y antideslumbramiento.
En total, un Model 3 básico, con todos los extras, puede subir hasta los 50.500 dólares (42.700 euros) y el Long Range hasta los 59.500 dólares (50.300 euros). La cantidad es bastante cercana a lo que cuesta la versión de acceso a la gama del Model S, el S 60, disponible por 66.000 dólares (55.800 euros), pero solo tiene un autonomía de 338 kilómetros.
Por el momento se desconocen los precios para el mercado europeo en general y para España en particular.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.