La peligrosa relación entre los coches eléctricos y el fuego ha quedado demostrada una vez más. Un Tesla accidentado en California (Estados Unidos) ha empezado a arder espontáneamente en un desguace tres semanas después del siniestro.
De modo repentino, el vehículo se incendió por una fuga térmica en la batería y los bomberos de Sacramento, capital del Estado, tuvieron que emplear medidas especiales para sofocar el fuego.
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Aunque el riesgo de incendio en un coche sin emisiones es menor que en uno de combustión, la presencia de las baterías hace que la extinción de las llamas sea mucho más complicada.
En el caso de este Tesla, el fuego se volvió tan resistente que los bomberos tuvieron que cavar una zanja en la tierra, colocar el coche dentro de ella y llenarla de agua. Solo así lograron enfriar los componentes del automóvil de forma estable.
¿Por qué arde un vehículo eléctrico?
En las baterías de iones de litio de los vehículos eléctricos, existen dos causas posibles de incendio: el sobrecalentamiento debido a un cortocircuito tras una colisión o la perforación de la batería.
En ambos casos, al partirse o derretirse los separadores entre ánodo y cátodo, se pone en marcha una reacción química en el litio que provoca que se libere gran cantidad de calor junto con dióxido de carbono y otros gases nocivos, lo que genera el fuego.