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Manda la funcionalidad. Los monovolúmenes no destacan por su atractivo, porque priman más el sentido práctico, con carrocerías altas y cuadradas, que el poder de seducción. Y así lo reflejan estos modelos, cada uno con su estilo: el Citroën y el Renault apuestan por el vanguardismo, el Opel por la deportividad y el Volkswagen por la elegancia.
El Grand Picasso destaca por el diseño del frontal, con ángulos redondeados y unos faros horizontales y estrechos que le dan un toque moderno y actual. Pero tiene unas formas cuadradas y algo pesadas que le restan atractivo.
El Grand Scénic adopta un perfil más aerodinámico, con un morro bajo que se prolonga en un parabrisas muy tumbado, y un techo que forma un ángulo recto con el portón. Y parece un transbordador futurista.
El Zafira tiene también un frontal bajo y afilado, y un perfil deportivo, pero con un aire más convencional.
El Touran presenta la silueta más clásica, aunque con el toque elegante y discreto que distingue a los Volkswagen.
En el interior, el Citroën prima la función con un cuadro central grande y muy visible. El Renault apuesta por una gran pantalla tipo iPad que domina todo; el Opel recurre a un salpicadero de formas suaves y aspecto moderno, y el VW busca el orden con elegancia.
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