Todos vienen de serie con seis airbags, ABS, control de estabilidad ESP, sensor de presión de ruedas y ayuda al arranque en cuesta. El VW añade un airbag de rodilla (conductor), sensor de fatiga y reposacabezas delanteros activos, como el Opel, que, al igual que el Citroën, incluye llamada de emergencia en caso de accidente. Pero el C4, el Grand Scénic y el Touran son más completos. El primero viene con aviso de vehículo en ángulo muerto y el Renault lo compensa con la alerta de cambio involuntario de carril y la frenada automática de emergencia en ciudad, de serie también en el Volkswagen.
En el equipamiento de serie también hay diferencias, pero se repite la ventaja del Grand Picasso. Aparte del equipo de seguridad, los cuatro vienen de serie bastante completos, con climatizador, ordenador de viaje, control de velocidad, siete plazas, sensores de lluvia, faros y aparcamiento (delanteros y traseros), retrovisores con plegado eléctrico, radio CD, pantalla táctil, bluetooth, USB y llantas de aleación de 16 pulgadas en el Volkswagen, de 17 en el Citroën y el Opel, y de 20 en el Renault.
Salvo el Zafira, añaden start & stop y cámara trasera, y el C4 y el Touran suman las levas del cambio en el volante. Además, el Grand Scénic y el Grand Picasso vienen con arranque por botón y acceso manos libres. Y el Renault, que solo se vende en el acabado superior Edition One, incorpora pintura bitono y el paquete ZEN de regalo, con navegador R-Link, asiento del conductor con masaje, faros delanteros LED, cristales oscuros y equipo de música Bose.
El Citroën supera a todos porque añade navegador, tapicería de cuero y tela y aparcamiento automatizado. Y suma dos paquetes de regalo que incluyen portón del maletero con apertura con el pie, faros de xenón, techo panorámico y asientos delanteros con masaje y reposapiés en el del copiloto. Y esta dotación junto a un precio competitivo resultan claves para que se imponga en esta prueba.
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