Dos híbridos contra dos eléctricos puros: al detalle

Nissan Leaf. Vanguardista y consistente. La evolución del eléctrico pionero ofrece una presentación vistosa, más espacio y un buen maletero. Y reúne avances interesantes, como un tacto suave y consistente y más autonomía, y otros mejorables, como un selector de marchas incómodo (en la imagen) o el e-Pedal: se activa con una tecla y permite acelerar y frenar solo con el acelerador, pero no aporta nada más.

Renault Zoe. Más pequeño, pero completo e idóneo en la ciudad. El rey de la ciudad y alrededores. Con casi 300 kilómetros de autonomía real, cubre las necesidades a diario e incluso viajes de hasta 130 kilómetros de radio con costes mínimos: 1,50 euros cada 100 kilómetros. Y aunque es un utilitario, más pequeño, está bien aprovechado y tiene un buen maletero. En cambio, los acabados y tapicerías resultan pobres.

Kia Niro PHEV. Polivalencia asequible. Un familiar completo y polivalente: puede recorrer unos 50 kilómetros con las baterías, suficientes para el día a día, y viajar con el motor de gasolina gastando apenas cinco litros, gracias a la eficiencia de su módulo híbrido. Añade un interior amplio y bien presentado, y unas buenas plazas traseras, aunque con un maletero justo. Y todo con precios asequibles para lo que ofrece.

Interior del Kia Niro PHEV.

Mitsubishi Outlander PHEV. Un familiar para todo y además enchufable. Es el más grande por fuera y más amplio por dentro, y cumple muy bien como coche único familiar: tiene las mejores plazas traseras y el maletero mayor. Además, permite circular a diario con las baterías y viajar con el motor de gasolina, aunque gasta. Y al llevar un motor eléctrico en cada eje, dispone de tracción 4×4 para salir del asfalto.