A las dos serán las tres: ¿cómo afecta el cambio de hora a los conductores? 

La falta de sueño causa somnolencia diurna y en consecuencia más despistes, causa principal de los accidentes de tráfico.

cambio de hora
El cansancio y la somnolencia es una de las causas más comunes de accidentes.

Como en la madrugada del domingo a las dos serán las tres, los conductores –igual que cualquier ciudadano de a pie– dormirán una hora menos este 27 de marzo con motivo del cambio al horario de verano. La Dirección General de Tráfico alerta sobre la cuestión y con ella los expertos: conducir con sueño y cansancio, con el cambio de hora o en cualquier circunstancia, eleva el riesgo de accidente. Sobre todo en algunos casos.

La privación de sueño tiene consecuencias casi inevitables al volante, como la “somnolencia diurna, la fatiga y la inatención…”, enumera David Pérez, portavoz de la Sociedad Española de Neurología (SEN), “y esos síntomas repercuten en que las tareas no se hacen con la diligencia adecuada”.

El peor de los escenarios se pinta para “aquellos sujetos que duermen mal y que con el cambio de hora van a dormir peor, y que al día siguiente tengan que hacer un viaje de larga duración”, analiza el neurólogo.

La DGT advierte de que el sueño se relaciona con una gran cantidad de accidentes de tráfico. Entre ellos, la somnolencia diurna es la primera causa (con un 30% de prevalencia), especialmente en el sector profesional. También registran un riesgo alto de accidente por culpa de la somnolencia los trabajadores por turnos, los jóvenes y los conductores que circulan bajo los efectos de alcohol o las drogas.

“Conducir sin dormir equivale a hacerlo bebido», sostiene el neurofisiólogo Francisco Javier Puertas, miembro de la Sociedad Española del Sueño. Algunos estudios confirman que ponerse al volante con 17 horas de vigilia a cuestas supone un deterioro de las capacidades similar al que se sufre con 0,50 gramos de alcohol por cada litro de sangre, es decir, el límite que marca la ley de tráfico.

El sueño al volante

Para mostrar que la fatiga es un factor clave en uno de cada cinco accidentes, Ford y el Instituto Meyer Hentschel desarrollaron hace cuatro años un traje del sueño que simulaba los efectos del cansancio en el cuerpo. Incluía un chaleco, una gorra y pesos para los tobillos y los brazos que sumaban un total de 18 kilos: menos movilidad y reflejos para el conductor. Unas gafas, además, simulaban los microsueños bloqueando la visión en periodos de entre medio segundo y más de diez.

“No es algo agradable conducir con fatiga. Emocionalmente puede afectar, porque cuando estás cansado estás más irritable, y eso perturba la conducción”, abunda el doctor David Pérez. De cualquier modo, “la mayoría de las veces los efectos del cambio de hora son mínimos, sobre todo teniendo en cuenta que se realiza durante el fin de semana”, tranquiliza el portavoz de la SEN. Y recomienda acostarse antes el sábado para “encarrilar el horario lo antes posible”.

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