A priori y para un profano, puede parecer que conducir con tacones es algo imposible y además poco seguro. Lo segundo la Dirección General de Tráfico (DGT) lo tiene claro y aunque no prohíbe conducir con tacones, sí que aconseja no hacerlo, al menos con tacón muy pronunciado. Lo curioso es que sí que es motivo de sanción conducir con chanclas, sandalias o incluso descalzo.
El tema, sin duda, es polémico y exige cierto análisis. Aunque yo no uso zapatos de tacón y me parecía temeroso ponérmelos para hacer la prueba conduciendo, he decidido informarme al respecto consultando, además de en Internet (foros, blogs, comentarios…), a todas las personas de mi entorno laboral y familiar que usan tacones para conducir, en su gran mayoría mujeres, obviamente.
Las respuestas son variopintas. Muchas de estas conductoras están de acuerdo en que no les molesta para nada el uso de tacones para conducir, la mayoría están ya acostumbradas y aunque ninguna lo suele hacer con tacones de tipo aguja o ‘estilete’, afirman que incluso les resulta cómodo y sencillo hacer el juego de bisagra de arriba hacia abajo con el tacón como punto de apoyo. También saben que incluso perjudica más a la conducción el uso de un zapato con una suela de plataforma demasiado ancha que un tacón alto. Es lo mismo que si nos ponemos unas botas de esquí o de montaña con suela gruesa, ya que perdemos el tacto con los pedales y no sabemos si pisamos uno o dos a la vez hasta que es demasiado tarde.
¿ES BUENO CONDUCIR CON TACONES?
Una cosa es que se pueda legalmente y otra que sea conveniente o aconsejable, tal y como señala la DGT. En este sentido podríamos valorar una serie de contras al respecto:
– Los tacones pueden afectar a una movilidad total del pie, ya que pueden restar capacidad de reacción ante un peligro puntual. Además, si se quedan trabados con la alfombrilla del coche o entre dos pedales es más complicado liberarse. Y no sirve la excusa de tener un coche automático.
– La posición incómoda y continua tanto de los pies como de los músculos de la pierna puede hacer que se sufran tirones o calambres durante la conducción. También esta posición afecta a los talones si la distancia es grande.
– La superficie de agarre de la suela es menor, por lo que aumenta la posibilidad de resbalar al no tener suficiente punto de apoyo. Esto afecta también al hacer la presión necesaria sobre los pedales, por ejemplo en una frenada a fondo.
Pero, ya que en realidad es una práctica habitual y como en todo ejercicio que se hace frecuentemente al final se adquiere cierta destreza y parece que las conductoras preguntadas la tienen de sobra, sólo queda añadir algunos consejos que se deberían tener en cuenta, al menos si la conductora es usuaria frecuente del zapato de tacón:
– Revisar el estado de las alfombras del coche.
– Procurar que el tacón no sea demasiado puntiagudo.
– Si la puntera del zapato es poco pronunciada mejor que mejor.
– Es preferible que la suela, aunque sea mínima, tenga buen material de agarre.
– Siempre es bueno llevar un calzado cómodo de sustitución por si los zapatos no permiten una conducción adecuada. Muchas conductoras recomiendan llevar tipo bailarinas que se pueden doblar y meter en la guantera. Hay que recordar que no vale con descalzarse o ponerse unas sandalias o chanclas de dedo.
– Intentar siempre ir cómoda y que los zapatos se adapten al pie y no a la inversa. Esto es importante también para la presión de las rodillas y sobre todo para la espalda.
SOLUCIONES A LA MODA
Como dato curioso, en el Reino Unido se hace un informe estadístico anual llamado, Encuesta Nacional de Viajes y cuya última actualización ofrece cifras como que el 80% de las mujeres británicas conducen con tacones altos (hay censadas más de 14 millones de conductoras) y que el 49% de ellas había tenido alguna vez problemas con los pedales, el 31% reconocen que los tacones no proporcionan el agarre necesario para conducir y un 43% afirman que la posición que se debe adoptar con los tacones resulta incómoda. A la luz de los datos parece que no solo para presumir haya que sufrir, para conducir también.
También de Gran Bretaña llega una posible solución para conductoras que aman los tacones, la aseguradora especializada en conductoras Sheilas’ Wheels lanzó allá por 2007 un prototipo de calzado que incorpora un tacón abatible, el modelo Sheila Driving Heel, es decir, que para conducir se puede dejar totalmente plano y a la hora de salir del coche cumplir con su elegante función al volver a sacarle el tacón. No son los únicos, ha habido otros intentos de convertir en tendencia eso del tacón convertible como: iloh Adjustable High Heels, Camileon Heels y Day2Night Convertible Shoes, que propone varios tamaños de tacón intercambiables para un mismo zapato. También puedes aprovechar tendencias de moda como la que propone Tanya Heath y que ofrece una colección de tacones intercambiables para todos sus modelos de zapatos, al poder quitarle el tacón, también sirve para conducir.
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