El detalle que afectará a tu coche por la alerta de la AEMET

La tormenta de arena que afecta a algunas zonas de la Península complica la circulación haciéndola más peligrosa.

conducir con calima
La falta de visibilidad es el mayor peligro de la calima.

El polvo sahariano que llega desde África está alcanzando con fuerza a muchas zonas de la Península. Esta especie de niebla, formada por partículas de polvo en suspensión no acuoso, que es imperceptible para el ojo humano, es capaz de causar problemas en la circulación y hacer peligrosas las carreteras.

La meteorología es un aspecto fundamental para la seguridad vial, ya que siempre habrá que adecuar la conducción a los fenómenos climatológicos. Sobre todo, en casos como este, ya que se trata de un nuevo fenómeno al que los conductores no están tan acostumbrados en España, salvo en Canarias.

Consejos de conducción con calima

Cuando se produce una tormenta de arena, se deben de minimizar los riesgos antes de que el vehículo se ponga en marcha. Hay que asegurarse de mantener las ventanillas cerradas, porque el polvo puede dañar los ojos y vías respiratorias. Además, en el caso de necesitar conectar el aire acondicionado, siempre debe usarse con la opción de recirculación seleccionada.

  • Visibilidad. En episodios de escasa visibilidad, ya sea niebla o calima, lo primero es conectar las luces antiniebla. Nunca las luces largas, que no consiguen otro efecto que el de deslumbrar más. Lo fundamental es ser vistos por el resto de los vehículos de la vía.
  • Velocidad. Hay que adecuar la velocidad a los fenómenos atmosféricos de la carretera. En este caso, hay que reducir la velocidad, ya que la falta de visibilidad afecta al tiempo de reacción. Además, evitar en todo lo posible maniobras arriesgadas, como adelantamientos en carreteras secundarias.
  • Distancia de seguridad. Lo principal es aumentar la distancia de seguridad con el vehículo precedente para evitar un frenazo en cadena con las consecuencias que conlleva.
  • Adherencia. El polvo depositado en el asfalto reduce la adherencia, y si a eso se suma la lluvia, la vía se convierte en una pista de barro. La falta de adherencia dificulta el manejo normal del vehículo y afecta en la frenada: se necesitan más metros para detener el coche.
  • Señalización horizontal. La manera óptima de seguir el trazado de la carretera en episodios de mínima visibilidad es guiarse por las líneas pintadas sobre el asfalto.
  • Paradas. En el caso de necesitar detener el vehículo, es recomendable hacerlo en las zonas habilitadas (vías de servicio, poblaciones) y no en el arcén de la carretera. Si no queda más remedio, conviene señalizar la presencia con las luces V-16 y no bajarse del vehículo hasta la llegada de la ayuda.

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