El daltonismo es una condición genética que afecta la manera en que una persona percibe los colores. Esta alteración visual impide distinguir algunos colores de manera normal. La palabra “daltonismo” proviene de John Dalton, un científico que estudió esta condición, ya que él mismo la sufría.
La causa principal del daltonismo son ciertos genes defectuosos heredados. Estos genes afectan a los conos, unas células sensibles a la luz que se ubican en el ojo y que permiten distinguir los colores. Los conos defectuosos no pueden procesar correctamente la información sobre el color, lo que da como resultado una percepción alterada de los mismos.
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Existen diferentes tipos de daltonismo, dependiendo de los colores que una persona tiene dificultad para distinguir. Los más comunes son los que afectan la percepción del rojo y el verde, aunque también hay casos de daltonismo para el azul y el amarillo. En algunos casos extremos, las personas pueden percibir la realidad en tonos de grises.
Confusión al identificar colores
El daltonismo se diagnostica generalmente a través de pruebas de visión de color. No existe una cura como tal para la enfermedad, aunque existen unas gafas especiales y aplicaciones que pueden ayudar a mejorar la percepción del color en algunas personas. Además, algunas nuevas herramientas tecnológicas pueden facilitar el día a día a las personas daltónicas.
Los síntomas que provoca una enfermedad como el daltonismo son muy variables. Algunas personas pueden tener dificultades para distinguir entre colores similares, mientras que otras pueden tener problemas más severos. Entre los más notables se incluye la dificultad para seguir mapas y gráficos que contengan colores, los problemas para recibir los códigos de colores de las señales a la hora de conducir o la confusión para seleccionar ropa que combine.
La conducción y el daltonismo
Aunque no existe una prohibición legal para hacerlo, conducir cuando se sufre daltonismo requiere ciertas adaptaciones. Además, es fundamental que las personas que lo padecen sean conscientes de las dificultades a las que se pueden enfrentar. La mayor dificultad, y también la más común, se da al distinguir los colores de los semáforos, especialmente el rojo y el verde.
Las señales de tráfico son un desafío para las personas daltónicas. Si bien la posición de los colores en un semáforo es estándar: rojo arriba, ámbar en el centro y verde debajo, la percepción de estos puede variar. Por ejemplo, un daltónico podría confundir un semáforo en verde con uno amarillo, lo que puede llevar a situaciones de peligro mientras se va al volante.
Otras señales de tráfico
Además de los semáforos, existen otras señales de tráfico que pueden ser difíciles de interpretar para una persona daltónica. Las señales de stop, las de dirección y las que indican peligro suelen utilizar una combinación de colores que pueden ser confusos para un conductor que padece daltonismo. Para minimizar estos riesgos, los conductores daltónicos deben seguir estas recomendaciones:
- Conducir con buena luz: evitar conducir de noche o en condiciones de poca visibilidad.
- Conocer la posición de los colores: memorizar de antemano la ubicación de los colores en los semáforos y en el resto de las señales.
- Utilizar gafas especiales: en algunos casos, las gafas con filtros de color pueden ayudar a mejorar la percepción de los colores.
- Informar a los acompañantes: pedir a alguno de los pasajeros que confirme la señalización cuando haya dudas.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.