Todo lo que Cristina Pedroche debería saber sobre los intermitentes

La DGT ha aprovechado el resurgir de unas polémicas declaraciones de la presentadora para insistir sobre el buen uso de este dispositivo.

Cristina Pedroche.

Foto: Getty

Uno de esos fenómenos que, de cuando en cuando, se producen en Internet. Antiguas declaraciones que cobran actualidad y la polémica se reactiva. Ha vuelto a ocurrir con uno de los personajes más mediáticos del momento, Cristina Pedroche y un comentario realizado un año atrás en el que afirmaba que usaba poco los intermitentes del coche porque le molesta “el sonidito ese del tic,tac,tic,tac”.

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha querido aprovechar la coyuntura para, a través de DGT recordar a la presentadora y al resto de los automovilistas la necesidad de utilizar este dispositivo. “El intermitente evita accidentes, no gasta y es solidario: ayuda al resto de conductores”, señala la DGT para dejar claros a continuación los cuatro supuestos básicos en los que uso de los intermitentes es obligado, por seguridad y porque no hacerlo puede acarrear sanciones.

Y aunque Pedroche cuestionó justo a continuación la veracidad de esas declaraciones (“Por supuesto que pongo los intermitentes, soy bastante precavida, no me gusta conducir rápido, jamás he tenido un accidente, y me da igual si conduce una mujer o un hombre…”, declaró en su blog en la revista Hola) es una ocasión ideal para refrescar algo tan sencillo pero ciertamente tan olvidado como el buen uso de los indicadores de dirección:

EN LOS GIROS. Hay que indicar la dirección a tomar con suficiente antelación, poniendo primero el intermitente y después frenando. De ese modo, los vehículos que nos siguen podrán mantener la distancia de seguridad incluso antes de que se enciendan los pilotos de freno y adaptar también su velocidad a la maniobra. Además, así se evita cualquier intención de quienes nos siguen de intentar rebasarnos al considerar que bajamos el ritmo por otro motivo, como una detención para estacionar.

EN LAS ROTONDAS. Punto crítico en la circulación, una asignatura sin aprobar por muchos conductores, así que si le añadimos la incertidumbre de no señalizar nuestra intención la situación se complica de forma manifiesta. Hay que indicar la vía de salida en la que abandonamos la glorieta con el intermitente de la derecha y siempre en ese mismo carril. Sólo así los vehículos que quieren incorporarse a la rotonda sabrán que pueden hacerlo porque nosotros la dejamos y no tendrán que esperar a comprobarlo. Se agiliza el tráfico y se aporta seguridad.

Los casos básicos del buen uso de los intermitentes. / DGT

APARCAMIENTO. Si al encontrar un hueco para aparcar lo indicamos con el intermitente correspondiente, el vehículo que nos sigue se detendrá sin sobresaltos y guardará la distancia necesaria para que nosotros estacionemos más fácilmente. Del mismo modo, al incorporarnos de nuevo a la vía es obligado señalizarlo por el riesgo añadido que representa reemprender la marcha desde parado: si antes de arrancar avisamos a los demás con la señal luminosa, tendrán la oportunidad de adaptar su velocidad.

CAMBIAR DE CARRIL. Por definición, cualquier cambio de trayectoria debe ser señalizado con los intermitentes. También cuando pasamos de un carril a otro, sea en el sentido que sea, puesto que pondremos en alerta a los demás sobre nuestras intenciones para que puedan facilitar la maniobra tanto en vías de sentido único como de doble sentido. Además, si lo hacemos con la antelación suficiente enviaremos un mensaje vital a cualquier vehículo que pueda circular en el ángulo muerto de los retrovisores, con lo que los riesgos se minimizan: nosotros quizá no lo veamos pero él sí podrá tomar precauciones añadidas.

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Raúl Romojaro

Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.

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