Google Maps y Waze son los dos navegadores que más utilizan los conductores en sus teléfonos inteligentes cuando se desplazan. A pesar de que ambos forman parte de la misma compañía (Google compró Waze hace unos años), tienen características distintas que hacen que los usuarios se decanten hacia un lado o hacia otro.
Cada uno tiene sus puntos fuertes y débiles, a lo que hay que sumar los gustos personales, pero hay aspectos objetivos en los que la balanza se decanta hacia uno de los lados.
Dentro de ellos hay uno en el que Google Maps es considerablemente mejor que su rival: la frecuencia de sus actualizaciones.
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No es que se ponga al día todos los días, pero, aunque su ritmo puede variar de un mes a otro, es habitual que tenga un promedio de una actualización cada tres días, en ocasiones incluso cada dos. En cambio, entre las actualizaciones de Waze pueden llegar a pasar varias semanas o incluso directamente un mes.
Esta diferencia de frecuencia juega muy a favor de Google Maps por varias cuestiones.
La primera es a nivel de usuario. Especialmente en épocas veraniegas, pero siendo útil también durante el resto del año, que los mapas de carreteras estén actualizados evita muchos problemas en desplazamientos, especialmente por zonas que el conductor no conozca. Saber que cierta vía está cortada o que haya obras en un determinado lugar es algo que agiliza considerablemente los viajes.
La segunda es a nivel de funcionamiento interno. Es posible que en la actualización de una aplicación haya algún tipo de error que desactive una funcionalidad o que ralentice el funcionamiento, por lo que un ritmo de actualizaciones casi continuo hace que los problemas de solucionen prácticamente al momento.
Sin embargo, si las actualizaciones son cada mucho tiempo, esos errores van a tardar más tiempo en solventarse, lo que va a perjudicar de manera más prolongada la experiencia del usuario.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.