Hay muchos errores que se pueden cometer a la hora de echar combustible en la gasolinera. Algunos pueden tener consecuencias muy peligrosas, otros simplemente pueden salir caros. Es importante, en cualquier caso, evitar cometer cualquiera de ellos.
En concreto, este fallo en el que caen muchos conductores tiene el efecto contrario al esperado. Los clientes de la gasolinera realizan este gesto esperando apurar el repostaje y el resultado real está muy lejos de esa esperanza.
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Cuando se está repostando combustible y se llena el depósito, hay que cortar el flujo del carburante en cuanto se escucha el primer ‘click’. O, en su defecto, en cuanto se note que la manguera del surtidor salta y deja de servir. ¿Por qué? Pues porque de lo contrario el conductor acabará pagando por una cantidad de combustible que no ha llegado a entrar en el tanque.
Muchos conductores, cuando oyen ese primer ‘click’ de la manguera del surtidor, vuelven a activar el flujo del carburante pensando que, así, apuran el llenado del depósito. Realmente están provocando todo lo contrario, cometiendo uno de los errores más habituales al echar combustible.
No llenar el depósito hasta el tope
En el interior del propio boquerel hay un conducto por el que el aire del tanque fluye hacia el exterior, a través de la propia manguera. Gracias a este mecanismo, cuando el combustible llega a la boca de la manguera y el aire no puede circular, el flujo del líquido se para.
Este líquido se detecta como sobrante y se desecha a través de un conducto de desagüe. Es decir, cuando llegado a este límite se fuerza el boquerel para que siga sirviendo combustible, realmente el conductor estará pagando de más por una cantidad que no estará recibiendo.
El surtidor se para cuando el combustible llega a la boca de la manguera y el aire no puede circular. Si se sigue forzando el llenado, en realidad, no se está echando más combustible en el depósito.
Por otro lado, al forzar la manguera, el combustible puede llegar a rebosar y salpicar, manchando la carrocería y dañando la pintura del coche. Además, en el momento de repostar, el combustible emite gases que pueden dañar un pieza del vehículo.
La mayoría de coches modernos incorporan un filtro de carbón activado en el depósito de combustible para evacuar los vapores que se acumulan. De estropearse, aumentarían las emisiones del vehículo y el funcionamiento podría llegar a ser irregular.
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