La forma más eficiente de llevar carga en el coche

Los especialistas de Thule han lanzado el nuevo modelo de baúl que se ancla a la bola de remolque para mejorar los consumos.

Thule

En esta época del año son miles los automovilistas que requieren de una mayor capacidad de carga en sus vehículos. Los desplazamientos vacacionales suponen a menudo una ocupación completa del habitáculo y, en consecuencia, del maletero, por lo que muchos recurren a soluciones alternativas para mejorar el espacio disponible en sus coches.

Los baúles de fibra colocados sobre las barras del techo son una de las opciones más frecuentes, por sus amplitud y sencillez de montaje. Sin embargo, también presentan algunos condicionantes que ahora Thule ha querido solventar.

La empresa sueca diseña, produce y comercializa accesorios para el automóvil y el autocaravanismo, siendo una de las referencias de este mercado a nivel europeo. Con toda su experiencia en baúles de carga ha concebido el modelo Arcos, cuya principal característica es que se ancla al clásico soporte posterior de remolque.

Si bien esta particularidad puede suponer una limitación, ya que obliga a disponer de este enganche específico, para los usuarios que dispongan del mismo o se planteen su instalación las ventajas del Arcos parecen indiscutibles. De hecho, Thule se refiere a este producto como la forma más eficiente de aumentar la capacidad de carga, incluso especialmente recomendada para los vehículos eléctricos, tan sensibles como problemáticos en este sentido.

Dos tamaños diferentes

El Thule Arcos se ofrece en dos versiones diferencias por su volumen, de 300 o 400 litros. Mediante un soporte específico, el baúl rígido se ancla al soporte de remolque, de forma transversal al sentido de la marcha, de forma rápida y cómoda. Su peso (17 kilos el pequeño) permite que sea manipulado en vacío por una única persona (aunque dos realizarán la operación con mayor sencillez).

Con esta ubicación, el acceso al espacio de carga es mucho más práctico que en los clásicos cofres de techo. Al estar tan elevado, la solución más popular del mercado exige cierta práctica para colocar los objetos que se quieran transportar. En el Arcos, por el contrario, es tan sencillo como abrir su tapa (que dispone de la correspondiente cerradura) y depositar todo aquello que se desee sin complicación alguna.

Además, al liberar el techo para ocupar la parte posterior del vehículo se puede utilizar este para transportar otros artículos deportivos, como bicicletas, tablas de esquí o de surf, tiendas de campaña… En el Arcos los enseres más personales o delicados se encuentran protegidos por su estructura resistente y hermética, incluyendo de la lluvia cuando se produzca.

Ventajas aerodinámicas

En cualquier caso, la gran ventaja del Arcos es su eficiencia de utilización. Pese al diseño de los baúles de techo, su influencia negativa en la aerodinámica de los vehículos es inevitable, lo que se traduce en un mayor consumo de combustible y, por tanto, de emisiones.

Los técnicos de Thule han realizado ensayos en el túnel de viento para comprobar la reducción de la resistencia al aire con la utilización de baúles posteriores, Además, recorrieron más de 5.400 kilómetros con un eléctrico popular como el Volkwagen ID.4 para verificar en la práctica estas ventajas. Y el resultado no pudo ser más sorprendente: el consumo de energía mejoró un 5% en relación con el mismo vehículo sin ningún tipo de accesorio, lo que se traduciría en recorrer unos 17 kilómetros más en el caso de este modelo.

Lo cierto es que el Arcos, en cualquiera de sus dos versiones, ofrece una generosa capacidad de carga, más que sobrada para aliviar las habituales carencias que se producen en los largos desplazamientos con los coches a plena capacidad. Su forma permite, además, colocar objetos de longitud considerable (tiene una anchura de 1,41 metros), pero sobre todo cargarlo con enorme facilidad a estar a una altura ideal para esta tarea. El peso máximo que admite es de 50 kilogramos.

Precio y almacenamiento

Los inconvenientes del Thule Arcos son, básicamente, los mismos que en todos estos baúles de carga. El más evidente es la necesidad de disponer de un espacio para su almacenamiento cuando no se utiliza, incluyendo el soporte metálico con el que se ancla al enganche. Sus dimensiones son generosas, claro está, así que encontrar el lugar para depositarlo en un garaje o trastero no es una cuestión menor.

El segundo problema de estos baúles es su precio elevado. Es por ello que conviene tener claro que su utilización compensará la inevitable inversión, puesto que para un uso muy esporádico el gasto puede resultar desproporcionado.

El precio del Arco en talla M, de 300 litros, es de 949,95 euros, mientras que el L de 400 litros asciende a 999,95 euros. A esta cantidad se deben añadir los 430 euros que cuesta la plataforma de anclaje del baúl, que lleva el cierre rápido para el enganche de remolque. En todo caso, son tarifas comparables a las habituales en arcones de techo, por lo que hay que valorar el ahorro en energía que aportan estas nuevas soluciones.

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