La mecánica de un coche, sobre todo con motor de combustión, necesita varios líquidos y lubricantes para funcionar adecuadamente. El líquido anticongelante es uno de ellos, ya que ayuda a que el motor trabaje siempre a la temperatura idónea.
Cuando se habla de refrigerante o anticongelante hay que saber que no se trata de dos productos distintos, sino que uno es propiedad del otro. El refrigerante evita que el motor se sobrecaliente al funcionar, pero al estar compuesto en su mayoría por agua destilada, en invierno puede llegar a congelarse si bajan demasiado las temperaturas.
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Así, los líquidos refrigerantes actuales tienen en su composición una parte anticongelante que evita que este pueda llegar a helarse y que el circuito del líquido se oxide, a la vez que ayuda a que la temperatura del motor siga siendo óptima pese al frío.
Cuándo cambiar el líquido anticongelante
La mayoría aditivos anticongelantes que se añaden ahora a los vehículos están formados por etilenglicoles, que tienen una baja temperatura de congelación, de hasta menos 32 ºC, y una de ebullición muy alta, hasta casi los 200 ºC.
El circuito por el que circula el líquido refrigerante o anticongelante es estanco, por lo que no debería haber pérdida alguna. De todas formas, en su composición suelen llevar añadidos colorantes que ayuden a distinguir si hay alguna fuga.
Pese a esta estanqueidad, es importante revisar el líquido anticongelante cada 40.000 kilómetros o dos años, porque, aunque el nivel del líquido no haya bajado, es posible que sus propiedades sí se hayan visto alteradas con el paso del tiempo, tal y como señalan los expertos del club de automovilistas RACE.
Cambiar el líquido anticongelante, así como revisar su nivel, es tan sencillo como identificar el depósito (se ve gracias al símbolo del tapón, como se aprecia en la imagen superior), abrirlo y llenarlo hasta los límites especificados por el fabricante, si es necesario. Esta comprobación se debe hacer siempre con el coche en frío.
Hay un límite mínimo de líquido anticongelante al que los fabricantes recomiendan no llegar. Si aprecian pérdidas o fugas del líquido o al abrir el depósito se ve que la consistencia del refrigerante ha cambiado, habrá que sustituirlo o rellenarlo. Circular con el anticongelante en mal estado puede hacer que el motor se gripe, por ejemplo.
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Graduada en Periodismo por la Universidad de Zaragoza, su primer contacto con el mundo del motor fue en los mundiales de MotoGP y Superbikes. Dio el salto al periodismo de motor hace cinco años y, desde entonces, sigue todo lo que tenga ruedas, especialmente si es made in Italy.