Alemania siempre ha sido uno de los países más permisivos con sus conductores gracias a la ausencia de límites de velocidad en determinados tramos de sus autopistas: los populares autobahn. Lo cierto es que este término no se refiere en exclusiva a las carreteras sin límite: hace referencia a toda la red de autopistas germanas.
Estas vías se estrenaron originariamente en la década de 1920, durante el período de entreguerras. Sin embargo, el sistema moderno de las autobahn, tal y como se conoce hoy en día, comenzó a construirse en la década de 1930 con el régimen nazi ya en el poder.
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Autobahn, sin límites de velocidad
Las autopistas de alta velocidad son conocidas por la ausencia de límites en ciertos tramos y por ser una parte importante de la red de transporte del país. Alemania es un país con una ubicación geoestratégica muy relevante dentro de Europa y este sistema distintivo de vías de alta velocidad le permite conectar, de manera sencilla, con la mayoría de grandes ciudades del país.
El siguiente vídeo fue grabado por un usuario de Instagram y señala: “Tú sabes que has llegado a Alemania cuando los coches van más rápido que los aviones (220 km/h)”.
Eso sí, en los últimos años, se ha abierto un acalorado debate en la sociedad alemana sobre la idoneidad de igualarse al resto de los países de la Unión Europea e imponer límites de velocidad en las autobahn.
¿Adiós a circular sin límite?
En Alemania se han alzado las voces ecologistas que han propuesto límites de velocidad para los tramos donde la circulación es libre. Aseguran que estableciendo el máximo en 130 km/h se podría evitar la emisión de entre 1,1 y 1,6 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2).
Y en el lado opuesto se sitúan quienes confían en que la creciente presencia de los coches eléctricos, híbridos e híbridos enchufables ayudará a reducir los niveles de contaminación sin tener que tomar medidas al respecto.
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