No hace falta que cometas un delito grave para que te dejen sin coche en el momento menos oportuno. En la carretera o en la ciudad. Policías, guardias civiles y agentes municipales pueden encontrar argumentos para inmovilizar tu coche porque en el código de circulación hay más motivos para ello de los que probablemente sospechas, y siempre con una consecuencia: “Los gastos que pudieran ocasionarse por la inmovilización, traslado y depósito del vehículo serán de cuenta del conductor o de quien legalmente deba responder por él”.
Alcoholemia
Uno de las razones más evidentes para que el coche se quede temporalmente donde está: el alcohol. Si el resultado de las pruebas de alcoholemia es positivo, según indica el artículo 25 del código de circulación, el agente puede proceder “a la inmediata inmovilización del vehículo a no ser que pueda hacerse cargo de su conducción «otra persona debidamente habilitada”. La consecuencia puede ser igual si el conductor se niega a someterse a las pruebas, solución que también se aplica en el caso de los test de detección de estupefacientes.
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Emisión de gases
La inmovilización de un vehículo puede estar motivada también por una emisión de ruidos, de gases o de humos por encima de los niveles establecidos. Lo establece el artículo 7, pero se trata de un acción mucho menos habitual porque los controles en este sentido son pocos.
Pocas plazas, mucha gente
El camarote de los hermanos Marx trasladado a una habitación sobre ruedas. Hay ejemplos de sobra, vistos por cualquiera en la carretera (y en ciudad) y captados por las cámaras de la Dirección General de Tráfico. La ley lo deja claro: si el caso es flagrante, el coche no se mueve del sitio. Así lo expresa el artículo 9 del Reglamento General de Circulación: “Una ocupación excesiva del vehículo que suponga aumentar en un 50% el número de plazas autorizadas, excluida la del conductor” implicará la inmovilización del coche.
Estacionar más tiempo de la cuenta
La respuesta habitual de las autoridades municipales suele ser la grúa, pero en ocasiones también se utiliza un cepo para inmovilizar un coche. Este punto depende de las autoridades municipales, pero el código recoge, en su artículo 93, una especie de autorización general para inmovilizar un vehículo “cuando no se halle provisto de título que habilite el estacionamiento en zonas limitadas en tiempo o excedan de la autorización concedida hasta que se logre la identificación del conductor”.
Permiso de circulación
No es habitual que ocurra, salvo que se haga a propósito o por un despiste grave, pero se da el caso de coches que van por la carretera sin el permiso de circulación o con este anulado por el motivo que fuera. La consecuencia, si lo detecta un agente, es la inmovilización.
Inhibidores de radares
Si el vehículo está dotado de mecanismos o de sistemas para eludir la vigilancia de los agentes, también puede ser retenido. Y esto incluye los inhibidores de radares o las placas falsas que tapan la matrícula para inutilizar la imagen que capta el cinemómetro.
Otros casos
Aparte de las anteriores, el artículo 104 de la ley de tráfico enumera otras razones por las que un turismo puede quedar retenido. Son unas cuantas, aunque algunas afectan solo a conductores profesionales:
- Que el vehículo presente deficiencias que constituyan un riesgo para la seguridad vial.
- Que en el vehículo viajen niños sin los dispositivos de retención infantil homolgados.
- Que el vehículo carezca de seguro obligatorio.
- Que se observe un exceso en los tiempos de conducción o una minoración en los tiempos de descanso que sean superiores al 50 por ciento de los tiempos establecidos reglamentariamente.
- Que existan indicios de la posible manipulación en los instrumentos de control.
- Que se conduzca un vehículo para el que se exige permiso de la clase C o D sin poseerlo.
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